Lógica Transcursiva, herramienta y método (Primera Parte)

La Lógica Transcursiva (LT) es una lógica policontextural tetravalente que cumple una doble función, como herramienta y como método de investigación. Como herramienta es útil para analizar los avatares de la realidad subjetiva, que se dan en función de las interrelaciones que mantienen sujeto y objeto, a través del cambio o transformación.

Como método investigativo, permite relacionar el conocimiento teórico y el conocimiento empírico, con su descubrimiento y validación, de esta manera se adecua al conocimiento científico que se pretende lograr, posibilitando la validación de lo que se logre descubrir. Analizaremos sucintamente cada una de las funciones señaladas.

LT como herramienta: es la única que permite abordar la evolución (el transcurrir) de los aspectos subjetivos de cualquier ser vivo, incluyendo al hombre, en el que además se cubren, tanto los aspectos volitivos como los cognitivos.

El hecho de ser policontextural la faculta para detectar la distribución heterárquica de sistemas jerárquicos que caracteriza la realidad subjetiva, y operar con ella. La distribución aludida conforma un lenguaje universal que engarza toda la realidad subjetiva, a la que podemos dividir arbitrariamente para su estudio, en tres sistemas reales, a saber: 1) sistema socio-cultural: composición de lo que se nos hace presente, es decir, de los hechos tal y como quedan configurados al representar interrelaciones entre sujeto y objeto, los únicos componentes de la realidad subjetiva. Se lo considera como el ‘motor’ que impulsa la gestación y regulación de la dinámica de los demás sistemas reales. Su unidad operativa es el REM o hecho real; 2) sistema bio-externo: caracterización, desde el punto de vista lógico, de los tres componentes biológicos mayores que dejan constancia de los aspectos físicos de la vida. Estos niveles de vida que pueden ser caracterizados por la LT son: a) Unicelulares o multicelulares sin sistema nervioso central (SNC), que comprende a los animales sencillos y las plantas; b) Multicelulares con SNC, en donde se incluyen los animales; y c) El animal que, a través de la comprensión, puede darle sentido a su entorno: el hombre. Su unidad operativa es el GEN; y 3) sistema psico-interno: todos los seres vivos son autónomos y esta autonomía se pone en evidencia al ser observados como diferentes a su entorno. Poca vida puede tener una estructura que no ‘se sepa’ diferente a lo que lo rodea.

El establecer un límite entre lo ‘interno’ y lo ‘externo’ es un privilegio del ser vivo. Al sistema real capaz de sostener este ‘conocimiento’ y de relacionarlo con el entorno, lo llamaremos psico-interno y es el que se encarga de los aspectos subjetivos concretos: volitivos y cognitivos.

Su unidad operativa es el FREN. Todas las unidades reseñadas muestran una misma estructura, esto es, están dispuestas en dos niveles, uno superficial o evidente y otro profundo u oculto, que guardan entre sí una relación compleja, o sea, una triple relación de oposición, complementariedad y concurrencia o simultaneidad, cumpliendo de esta manera, con la posibilidad de representar la distribución heterárquica (simultánea) de sistemas jerárquicos (o binarios) que exige la LT para caracterizar la realidad subjetiva.

Los dos niveles que ostentan las unidades, son: en el REM, el superficial es el parecer y el profundo es el ser; en el GEN, el superficial es el fenotipo y el profundo es el genotipo; mientras que en el FREN, el superficial es la idea y el profundo es el pensamiento. (ver figura)