El hombre y el tiempo

"La realidad es una mera ilusión, aunque muy persistente."

Así concebía nuestra realidad, quien nació un día como hoy, pero de 1879.

También, por supuesto, así consideraba el tiempo, en el que descartó la división absoluta entre el pasado y el futuro, por un presente universal o 'ahora'.


A pesar de sus recomendaciones, aún hoy seguimos confundidos y eso, básicamente, se lo debemos a nuestro lenguaje. Las palabras 'pasado' y 'futuro' permiten, de una manera algo ambigua, indicar la 'dirección' de la 'flecha del tiempo', pero de ninguna manera establecen una división neta. Lo mismo ocurre cuando hablamos de 'norte' y 'sur', porque estas palabras pueden significar o bien lugares o bien direcciones en el espacio. Además, existe una asimetría entre norte y sur, por el simple hecho de que la tierra gira. Esta asimetría nos la indica la flecha de la aguja de una brújula, que en este caso, cumple la misma función que la flecha del tiempo.

Según lo anterior, Einstein tenía razón, el tiempo es una ilusión igual que la realidad misma, aunque eso sí, muy persistente.

 (El destino, o no sé qué, quiso que juntamente hoy, falleciera en Cambridge, Inglaterra quien nos enseñó el momento preciso en que todo comenzó, inclusive el tiempo: el big-bang. Stephen Hawking tenía 76 años.)

Fuente: Einstein's unfinished revolution - Paul Davies - 1995.

Dante Roberto Salatino.