Tus Lugares


Imagino caminar la empedrada calle que te vio nacer, 
Y los irregulares charcos entre las piedras en donde atrapaste la luna, 
Que iluminó el presentido arrabal caprichosamente oculto por el ayer, 
Y que tus relatos y tu poesía retrató como ninguna. 

Imagino la alta noche arropando las ansias al ritmo de tus pasos, 
Buscando la escusa pertinente de una caminata prolongada, 
Que llevó tu eterna soledad arrastrando tu timidez y sus harapos, 
Justo cuando acompañado y solo, llegabas de madrugada. 

Imagino tu San Telmo, los libros de la calle Méjico, y el Aleph de la calle Garay. 
Entre Perú y Bolívar y la gloriosa gesta que de ellas emana. 
Los trenes que evocan los laberintos recorridos por el viejo Tranway, 
Y el retorno sistemático y caprichoso al Parque Lezama. 

Imagino el lugar ‘de tu ceniza’, tus atardeceres y tu desdicha. 
Las serenas mañanas que servían de límite a tu porfiado insomnio, 
Y los zaguanes en sombras que te aguardaban tras cualquier esquina, 
Para recordarte que algún cuchillero podría liberar su eventual demonio. 

Imagino tu bondadosa figura custodiando el puerto que el tiempo se llevó, 
Y el ausente, por actual y desesperado, trajín, 
Que bajo los árboles, sentado en un banco, te cobijó, 
Desde la verde loma de la Plaza San Martín. 

Te imagino niño, rodeado de espejos y laberintos, 
Y ya joven, con tus ansias y tu fervor por Buenos Aires, 
Maduro, tímido y osado a la vez, aunque distinto. 
Solo un sueño que nació contigo evitó que esto fuera un desaire. 

De tigres mil veces observados, presentiste en sus colores, 
Que tu mundo, alguna vez, podría ser frio y yermo, 
Paisaje que floreció y se apagó en sus albores, 
Frente a una jaula del Zoológico de Palermo. 

Imagino los lugares que surgieron contigo, 
En una ciudad que te añora luego de verte nacer, 
Y que implora transformada en mudo testigo, 
Que camines por sus calles, otra vez. 

Dante Roberto Salatino

A los 122 años de su natalicio.