Entre tus ojos y mi corazón


Me resisto a emprender la pesada cuesta que se tiende entre tus ojos y mi corazón.
Evado los reclamos de mis sentidos, por el solo hecho de que al acercarme a ti no envilezcan.
Traslado mis sueños trasnochados a un prado sin flores, para que el desánimo los atesore.
Derramo lágrimas de amargura, para que tu sonrisa, ya lejana, no termine por borrarse.
Imagino tus cabellos rubios de sol y estrellas, como la primera vez que te vi,
Aquellos que ausentes de mis manos, y sin recordada presencia, siguen alimentando mis esperanzas.
Qué decir de las distancias, si ni siquiera he emprendido viaje alguno.
Cómo explicar la desazón, si tu ausencia fue la constante en nuestro camino invisible.
Lo único que recuerdan mis manos, es un beso furtivo en su dorso, y un palpitar desbordado.
Cómo volar hasta tus ojos, ese remanso del destino que me fue negado por, vaya a saber que designio.
Respiro porque el aire es imprescindible, pero está como ausente al no traer hasta mí tu aroma.
Si llueve te recuerdo, a pesar de que nunca compartimos una tarde lluviosa.
Si la luz penetra por mi ventana, te extraño, y sin embargo jamás el sol nos sorprendió juntos.
Si hay luna llena, se inflama mi corazón, pero de ningún modo Selene te trajo a mí al caer la noche.
Comprendo que hay cosas inalcanzables, también, que el cielo es solo un espejismo,
Pero cuando me encontré con tu mirada, aquella mañana, me pareció tener en mis manos el universo.
Porqué hoy te evoco, si sé que ni siquiera piensas en mí. Porqué añorar lo que nunca tuve,
Como si fuera algo que perdí. Difícil respuesta es la que trato de atrapar con mis manos terrenas.
Si alguna vez, la improbable delicia de tu suspiro rondara mis sueños, entonces sabré que también
No obstante tu indiferencia, alguna vez sentiste algo por mí.

Dante Roberto Salatino