Historia de la Lógica Transcursiva (Capítulo 8)

Cuaderno I (páginas 45 a 50)

Habían pasado algunos días desde que, por lo menos para mí, se afianzara el comienzo de un romance muy particular con la idea de doctorarme. Mi reciente amigo no presentó el trabajo final, pero igual, era tal mi entusiasmo que terminó acompañándome en esta aventura que comenzaba a tomar cuerpo. Lo primero que le propongo a mi amigo es que aprenda computación, para que podamos hacer las elaboraciones juntos. Hoy, en un horario poco usual para la actividad hospitalaria (6:30 de la mañana), comenzamos con la primera clase, en donde trataré de transmitirle mis escasos pero firmes conocimientos de computación.

Luego de una charla, más que clase formal, que fue muy amena y de la cual mi amigo se compenetró absolutamente, fuimos a tomar un café en el bufé del hospital, luego del cual nos disponemos a iniciar, cada uno, con sus actividades diarias.

Se cumple, en el día de la fecha, un mes que iniciamos estas 'clases computacionales' al alba. En esta oportunidad nos extendimos un poco más de lo acostumbrado, y cuando vinimos a tomar consciencia de la hora, ya estábamos rodeados por todos los médicos de Clínica Médica y de Cardiología, ya que nos poníamos a estudiar en la sala de médicos. De más esta decir que fuimos objeto de un largo rosario de bromas; algunas ocurrentes y otras un tanto ofensivas, que trataban de resaltar esta particular simbiosis que se había dado entre mi amigo y yo.

Hace tres meses que con mi amigo estudiamos computación y es increíble su progreso, a tal punto que hoy veremos juntos el resultado de un programa 'teórico' que le di como tarea para realizar. Realmente asombroso, el trabajo tiene muy buena factura, y salvo algunos detalles menores, prácticamente se podría traducir a uno de los lenguajes de programación. En mi caso, el único que manejo bastante bien es el Basic, porque un mendocino conocido de mi familia que vive en Nueva York, hace poco me compró y me trajo una Commodore 64, que le había encargado para cuando viniera de visita a Mendoza. Esta computadora doméstica que salió a la venta en EEUU a finales de 1982, tiene como sistema operativo (el corazón de la máquina) justamente este lenguaje de programación.

En la reunión de la fecha, el tema central es la consciencia. Sin dudas ha concitado el interés de mis dos compañeros de reuniones, porque cuando he llegado (a horario) ya estaban esperándome. En realidad, yo he traído poco y nada de material y pienso presentarlo al final. El proponer un tema específico como motivo central de la reunión, se me ocurrió como una forma de incentivar un poco el interés y animar a mis compañeros a realizar aportes desde su experiencia.

Comienza mi 'estimado' colega con una puesta al día del concepto de consciencia en Freud, y su relación con el inconsciente y el preconsciente. Aunque no dijo nada nuevo y a pesar que no fuera explicado tan bien como en el Proyecto de Freud, vino muy bien porque así, la Dra que no estuvo con nosotros desde el comienzo, se ponía al tanto en estas cuestiones.

Es el turno de la Dra.; gran sorpresa, por lo menos para mí, porque quien había participado muy poco hasta ahora, supongo que por estar algo inhibida dado el enfoque predominantemente psicoanalítico que se le había dado a las discusiones previas, hizo notar su presencia y su experticia, al comentar un trabajo que Atkinson y otros investigadores habían publicado en un número de la revista Trends in Cognitive Sciences del año 2000.

En dicha investigación básicamente se propone que la búsqueda del correlato neural de la consciencia [algo sobre lo que estaba puesta toda mi atención] se vería útilmente complementado por la búsqueda de un correlato computacional de la consciencia [lo cual encendió una luz al final de mi, hasta ahora, confuso camino]. El trabajo, para aportar sobre el segundo correlato, hace una revisión de las propuestas teóricas vigentes hasta ese momento. El panorama conceptual es definido por dos dimensiones: 1) Proceso versus representación, es decir, si la consciencia surge de procesos computacionales particulares que se dan sobre las representaciones en el cerebro, o si se da debido a determinadas propiedades intrínsecas de las representaciones en sí mismas; y 2) Especializado versus No-especializado, o sea, se debe asumir la consciencia como los mecanismos involucrados en mantenernos conscientes, o se debe asignar a tipos de computaciones o representaciones que permiten que esto ocurra en el cerebro.

Estas dos dimensiones generan cuatro posibilidades: a) la consciencia surge de procesos computacionales particulares, vale decir, de mecanismos dedicados a la conciencia; b) la consciencia surge de tipos particulares de representación que ocurren en los mecanismos dedicados a la consciencia; c) la consciencia surge desde procesos específicos, si es que estos tienen lugar; y d) la consciencia surge desde un tipo particular de representaciones, si es que estas ocurren.

Por otro lado, se precisan algunos conceptos, que son un tanto conflictivos. Por ejemplo, ¿qué queremos decir con la palabra consciencia?, a lo que los autores, ante la dificultad que entraña esta pregunta, responden con una particular tipología de la consciencia, a la cual dividen en: la consciencia de acceso, la consciencia fenoménica, la consciencia monitora, y la autoconsciencia. Según esta propuesta, la que realmente representa un problema sin solución es la conciencia fenoménica, porque las otras, más o menos pueden ser solucionadas por sendas rutinas computacionales (¿?), en cambio la fenoménica al referirse a los aspectos cualitativos de nuestra experiencia, no es posible representarla con un programa de computación.

Se da un detalle de cada una de las teorías propuestas, esto es, 1) teoría del vehículo especializado, 2) teoría de los procesos especializados, 3) teoría del vehículo no especializado, y 4) teoría de los procesos no especializados. Esta parte del trabajo no me resultó interesante porque no da detalles que puedan ser útiles, dado su alto nivel de ambigüedad, excepto por algo que se dijo en la teoría 2) y que fue lo único que anoté en mi cuaderno: 'lo oculto a través de lo evidente'.

Finalmente, como un aporte, por lo menos para mí, significativo de esta muy buena puesta al día sobre la consciencia, está una enumeración escueta de una serie de aportes de otros investigadores, entre los que se encuentran, Crick y Koch mediante el trabajo de 1990, Hacia una teoría neurobiológica de la consciencia, en donde proponen las oscilaciones de 40 Hz de la corteza cerebral; Bogen en su trabajo de 1995, Sobre la neurofisiología de la consciencia, en donde, se le asigna un papel importante a los núcleos intralaminares del tálamo; Edelman, en su libro, El presente recordado: Una teoría biológica de la consciencia, de 1989, en donde se invoca la actividad rítmica de 40 Hz del sistema tálamo-cortical; o Llinás y colaboradores, en el capítulo, Contenido y contexto en la vinculación temporal tálamo-cortical, en el libro de Buzsaki y colaboradores, Codificación temporal en el cerebro, de 1994, en donde se asigna la consciencia a un sistema talámico-reticular ampliado. [Estaba muy lejos de sospechar que entre estos trabajos mencionados, y en la única frase anotada como apunte,  estaban las claves del funcionamiento psíquico, que luego servirían de base fundamental para mi teoría]

Después de tan completa descripción y tan impecable puesta al día, yo no tenía nada que agregar; por lo tanto, nos despedimos hasta la próxima reunión. Realmente, hoy me siento bien porque me voy con la sensación de haber avanzado enormemente hacia algo mucho más concreto, alejándose de esta manera, el fantasma de la 'pérdida de tiempo'

¡Hasta mañana!