Historia de la Lógica Transcursiva (Capítulo 13)

Cuaderno I (páginas 75 a 80)

Llevo esperando algunos minutos para que abran el café. Hoy me adelanté más de la cuenta; estoy saliendo demasiado temprano de casa, aunque hace ya algunos días, que me embarga una rara sensación; una mezcla de ansiedad por comenzar lo antes posible con el trabajo autoimpuesto de escribir todos los días, algo que mejore o haga evolucionar la Teoría General (la perfecta excusa para no pensar en lo ocurrido), y de culpa por estar 'perdiendo el tiempo' un par de horas, todas las mañanas (de Lunes a Viernes, e inclusive los Domingos).

Absorto en mis 'apuntes' no había percibido la sombra que se proyecta sobre mi cuaderno, desde no sé cuanto tiempo. Levanto la vista y veo allí parado y en silencio, para no interrumpirme, al exAPM. Excusándome por no haberlo visto, lo invito a desayunar. Aceptando la invitación, despliega un periódico sobre la parte de la mesa doble a la que me sentaba siempre, que está junto a la pared. - Ud. siga estudiando que yo no lo voy a molestar - dijo muy ceremonioso. Seguí escribiendo por algunos instantes, pero enseguida me trajeron el desayuno; él pidió el suyo en tanto seguía hojeando el periódico y yo esperándolo para comenzar con el desayuno, juntos.

- ¿Haz tenido alguna noticia? - me dijo con voz tenue. - Absolutamente ninguna - le contesté. - Qué, ¿no te están pagando? - ¡Eso sí! - me apresuré a decir - yo pensé que te referías a otra cosa. - De las otras cosas me encargo yo, que tengo un gran entrenamiento en el espionaje, no te olvides que durante muchos años fui gerente general de un gran laboratorio medicinal. Como será que ayer, intentando comunicarme con vos, marqué el número de él. Que te cuento que recibí por contestación, - ¡hasta como espía te vas a morir de hambre!, - esto debido a que mencioné tu nombre en vez del suyo.

Debo confesar que me arrancó una sonrisa lo ridículo de la situación, pero que rápidamente se borró de mi rostro, para trocarse por un gesto adusto, un ceño fruncido, un dejo de tristeza, una desesperanza y unas ganas de gritar la bronca que me producía cualquier recuerdo de lo que había pasado, por pequeño que fuera; a pesar de que el Hospital me estaba pagando el sueldo del último mes trabajado. En el primer mes me pagaron en tiempo y forma. Sí, tal como suena, el sueño de un trabajo mejor solo duró dos meses; luego a la calle y como si eso fuera poco, tener que aguantar tipos melosos como el exAPM, que hace varios minutos que me está contando sobre no sé qué cuestiones que tuvo con mi amigo, ese que ya no lo era, y que a juzgar por lo ocurrido, nunca lo fue. En realidad, no podría repetir ni una sola palabra de las que oí sin escuchar, dichas a media voz, como en secreto, por el exAPM. La verdad, no me importan sus quejas, ni sus necesidades, ni sus expectativas. Me he hecho el firme propósito, luego que pasó lo que pasó, que nada ni nadie, a partir de ahora iba a abusar nuevamente de mi confianza y de mis neuronas. Fingía escucharlo, como un gesto de cortesía, pero nada más.

En esta nueva reunión sigo hablando de lo mismo, la Teoría General, aunque de una enésima revisión. Los animales nacen con una necesidad insatisfecha y transcurre toda su vida, en función de satisfacerla. Esta necesidad es perpetuar la especie. El humano como animal, también la tiene pero además, su existencia se ve agobiada por una gran indefensión, producto de un error evolutivo, cual es no estar apto para procurarse, por sí mismo, o con poca ayuda, los medios necesarios para subsistir, condición necesaria para procrearse.

Esta dificultad agregada lo obliga a tratar de adaptarse al medio circundante, para luego poder dominarlo, en la medida que siga necesitando procurarse manutención. Para poder dominar algo, primero hay que conocerlo. El mundo exterior se presenta como un continuo inconmensurable e inabarcable, por tanto, la única posibilidad de tener algún éxito, es acotarlo. Si bien esta reducción del entorno está teñida de arbitrariedad, permite 'fabricar' algunos modelos representativos del exterior, en donde quedan registrados distintos aspectos de la realidad, tal cual se nos presenta, más no tal cual es.

Estos representantes de la realidad constituyen la 'médula' de la psiquis, y sobre ellos se sustenta la evolución del conocimiento que el humano va adquiriendo de lo que lo rodea, y aún de sí mismo. La necesidad de modelos responde a la existencia de problemas a los cuales haya que darles solución. Nacer es un problema y seguir vivos es uno mucho mayor.

Básicamente es necesario 'modelar', al menos, tres aspectos reales característicos, a saber: A) los objetos o cosas y sus relaciones, B) los cambios en el tiempo (sus estados) y los eventos que los modifican, y C) las transformaciones de contenido.

El modelo (A) representa el aspecto estructural, constitutivo y estático del sistema psíquico.
El modelo (B) abarca el aspecto dinámico, cambiante y de control del sistema.
El modelo (C) referencia el aspecto funcional del sistema.

Estos modelos están enlazados ortogonalmente, y así, como en el espacio euclídeo, el alto, el ancho y la profundidad, caracterizan un cuerpo; aquí, su conjunción, describe completamente el sistema.

Modelo estructural: es el eje descriptivo de una realidad. Una identidad homomorfa en donde se relacionan objetos que cuentan con determinados atributos y de los cuales es posible identificar operaciones y transformaciones. Elemento operativo: las operaciones. Describe qué cambia del sistema.

Modelo dinámico: esquematiza los aspectos temporales y detalla la secuencia de modificaciones y operaciones que se producen sobre los objetos, habida cuenta de los eventos que marcan estos cambios; estados definitorios del contexto en el que se producen tales eventos, y la organización de estos elementos. Especifica el control del sistema sin describir el contenido de las transformaciones (operaciones). Elemento operativo: los eventos. Describe cuándo cambia el sistema.

Modelo funcional: describe la transformación de los valores a través de correspondencias (funciones) entre aquellos que llegan al sistema y los que emergen de él, como así también, sus restricciones y dependencias funcionales. Elemento operativo: las funciones. Describe cómo cambia el sistema.

Las funciones se invocan como acciones del modelo dinámico (eventos), y se evidencian como operaciones que afectan a objetos en el modelo estructural. Éste nos dice sobre lo que operan los modelos dinámico y funcional.

Definido el marco operativo de la psiquis, describiremos ahora, cómo es posible poner en vigencia cada modelo y cómo se delinean los elementos constitutivos de cada uno para que el contenido psíquico sea un representante efectivo de la realidad.

De la estructura psíquica: uno de los temas más controvertidos, sin duda es, cómo es que se representan los objetos reales en la psiquis, y si esto es así, cómo es posible operar con ellos para que constituya esta modalidad, la forma de aprender sobre la realidad y en algún momento, insertarse en ella como un objeto más.

La única manera que lo anterior sea viable es que impere un estricto criterio económico. La realidad es presentada a la psiquis a través del aparato perceptivo, y lo que surja de esta presentación debe ser registrado de algún modo. La psiquis opera con objetos internos que no son otra cosa que re-presentaciones de los objetos reales. Las representaciones no pueden ser, cada vez, una esmerada descripción de cada objeto que le fue presentado, vía perceptiva, a la psiquis. Lo económico está dado por el hecho de crear con la presentación de un objeto externo, un 'molde' que se genera en el intento de clasificar dicho objeto.

La representación espacio-tiempo, por su parte, es como un 'gozne' entre lo cuantitativo y lo cualitativo, entre lo estructural y lo simbólico; la generadora de las transformaciones evolutivas de la representación.

¡Nos comunicamos mañana!