Historia de la Lógica Transcursiva (Capítulo 265)

Cuaderno XI (páginas 1591 a 1596)

(En el capítulo de hoy, la tercera y última parte del trabajo: "(Des)cortesía lingüística como estrategia evolutiva")

BASES PSICOLÓGICAS DEL TACTO
Continuando exactamente con algunos títulos propuestos por los autores, comentamos ahora lo que dicen respecto a las bases psicológicas del tacto. Aunque las nociones de tacto varían de cultura en cultura – apuntan – el impulso de buscar una confrontación o de evitarla está basado en la biología humana – en la biología sin más, agregaríamos nosotros. Desde el punto de vista evolutivo – dicen – el tacto es visto como una respuesta adaptativa (principalmente humana) a ciertos conflictos universales biológicamente preprogramados que surgen cuando miembros de la misma especie interactúan.

Tenemos que aclarar algunos conceptos del párrafo anterior que no se ajustan a la realidad biológica ni evolutiva, y que además servirán de base sólida para nuestro punto de vista.

Rodolfo Llinás en su libro "El cerebro y el mito del yo", en donde nos propone su visión sobre el papel de las neuronas en el pensamiento y el comportamiento humanos, hace un pormenorizado análisis de los patrones de conducta en los animales y en el hombre. Elabora el concepto de PAF (Patrón de Acción Fijo) y lo define como un módulo automático de función motora discreta, que en definitiva sería un reflejo algo más elaborado, por integrar reflejos inferiores en determinadas sinergias (o grupo de reflejos capaces de comportamientos más complejos). Este PAF estaría impulsado por los llamados generadores centrales de patrones, que son redes neuronales que especifican movimientos estereotipados que a menudo son rítmicos y relativamente fijos. Esta relativa fijeza se da no solo a nivel individual sino en toda una especie.

Los PAFs podrían ser considerados como módulos de actividad motora que permiten liberar al individuo de un gasto de tiempo y atención innecesarios. Residen en diversas zonas del cerebro, pero se tiene evidencia importante que los Ganglios Basales representan los circuitos neuronales de las secuencias motoras.

Llinás nos dice que los PAFs tienen dos componentes principales:
Estratégico: (p.e.) alejarse de un peligro.
Táctico: (p.e.) correr lo más rápido posible.
En donde la estrategia es automática y la táctica es voluntaria; el PAF en su totalidad es contexto dependiente. ¿Será esta la base biológica de la cortesía social y el tacto que nos proponen Janney y Arndt?

Otro aspecto importante de un PAF es que puede modificarse, aprenderse, recordarse y perfeccionarse; en una palabra, puede condicionar la aparición de un HÁBITO.

Finalmente, y no menos importante, es la posibilidad de ver las emociones como PAFs. Llinás nos lo propone diciendo que en este caso la ejecución no sería motora sino premotora. De esta forma, así como el tono muscular es la plataforma básica para ejecutar los movimientos, las emociones representan la plataforma premotora que impulsa o que frena la mayoría de nuestras acciones. Es el hipotálamo el centro neurológico de eventos vegetativos y emocionales.

Volviendo a las bases psicológicas del tacto, los autores intentan hacer una distinción entre dos alternativas de comunicación de las emociones con el fin de justificar las bases bio-psicológicas del tacto. Lamentablemente se basan en una idea ingenua de la evolución al manifestar que ‘antes’, como dijo Darwin, las emociones representaban una manifestación visible del accionar del Sistema Nervioso Autónomo (SNA) a través de acciones musculares, visibles y audibles, por lo que, como el SNA era igual en todas las personas, las emociones eran iguales en todas las culturas. Hoy – por un supuesto ‘milagro’ – las personas hacen un uso estratégico de estas muestras afectivas, por lo que no siempre los signos visibles de emoción representan un estado interno. Frecuentemente – dicen – son producidos intencionalmente con el objeto de proyectar una definición particular de la situación e influenciar así el comportamiento de otros. En honor a la verdad hay que decir que nada cambió desde que Darwin describiera el mecanismo e inclusive desde mucho tiempo antes. El aspecto emocional se usó, se usa y se seguirá usando con fines gananciales; intencionadamente. Es una de las principales herramientas de lucha para la supervivencia.

Basados en la definición (ambigua) anterior distinguen los autores, dos fenómenos comunicativos distintos pero interrelacionados: a) Comunicación Emocional, y b) Comunicación Emotiva.

Siguiendo la idea pero apartándonos un poco, vamos a decir que en realidad se pueden distinguir tres tipos de comunicación afectiva:
a) INSTINTIVA: que se manifiesta en las tendencias primitivas y específicas cuyo fin es la conservación y protección inmediata de la vida, y la continuidad de la especie. Su soporte biológico sería un PAF puro.
b) EMOCIONAL: muestra de los estados afectivos internos (inconsciente, sin elaboración). Su soporte biológico sería un PAF modificable por la experiencia.
c) EMOTIVA: a diferencia de la anterior, no siempre es una manifestación de estados internos. Se ajusta a una convención socio-cultural y es consciente y elaborada. Su soporte biológico sería un PAF adquirido.

Al hablar de comunicación, necesariamente, estamos involucrando un lenguaje. Los tres tipos de comunicación que hemos propuesto se corresponden con sendos niveles de nuestro LENGUAJE UNIVERSAL que además son los que manejan cada uno de los tres tipos de seres vivos caracterizados anteriormente.

Estos lenguajes son:
1) TÁXICO: manejado por los animales sencillos y las plantas, que solo pueden ‘percibir’ el cambio (V). Se aproximan a aquello que les posibilita alimentarse y se alejan de aquello que les hace daño.
2) SÍGNICO: manejado por los animales que pueden percibir una relación entre dos objetos a través de un cambio (O). Si bien presupone la existencia de una protopsiquis, no requiere elaboración alguna.
3) SIMBÓLICO: manejado por el hombre que puede percibir la relación entre un sujeto (S) y un objeto (O) a través de un cambio (V). Presupone la existencia de una psiquis que permite la elaboración e interpretación. Tiene dos vertientes: una profunda que radica en el pensamiento y una superficial que se manifiesta en el mal llamado (por esta razón) Lenguaje Natural. La manifestación superficial aparece como arbitraria y supeditada a normas convencionales.
El hombre, ajustándose a la regla de oro de la evolución (la ontogenia recapitula la filogenia [regla que luego fuera desestimada]), integra todos los niveles biológicos (PAF) y por lo tanto, los distintos lenguajes que de ellos se derivan. Esto no significa otra cosa que el hombre da muestras de todos los niveles de lenguaje y por ende, de comunicación.

Si todo lo anterior es aceptado, podremos concluir entonces, que el marco en que se da la comunicación (en que se aplican las estrategias) es psico-bio-socio-cultural y en este sentido, las estrategias comunicativas son universales y adaptativo-evolutivas; y su único fin es preservar la vida dentro de dicho marco.

La Figura 2 trata de integrar los aspectos conductuales y ‘lingüísticos’ que hemos esbozado como propios de los ‘actores’ de la realidad.

Figura 2: PAI: PAF innato – PAE: PAF de la experiencia – PAA: PAF adquirido


CONCLUSIÓN
Hemos tratado de mostrar cómo el lenguaje permite proyectar patrones conductuales haciendo uso del sustrato afectivo y esto nos ha permitido de alguna manera, vislumbrar el carácter estratégico que involucra esta forma de proceder. Se utilizó la (des)cortesía como prototipo estratégico ya que es uno de los patrones (de los muchos que existen) más utilizados en el trato cotidiano.

Por otro lado, la presentación pretendió dejar constancia de que no solo el hombre y los animales superiores comparten aspectos biológicos, sino que todo ser vivo posee (cada uno en su nivel de complejidad) equivalentes universales y además, que cuando se considera la formación de comunidades (de animales, de plantas) o grupos socio-culturales (humanos), la comunicación entre sus integrantes es fundamental para explicar la conducta aparente que muestran.

Por último se remarcó que la (des)cortesía es una de las tantas estrategias para sobrevivir (para solucionar el mayúsculo problema que significa vivir) utilizada exclusivamente por el hombre y esto se desprende del hecho, de que para ser ejercida, necesita de un lenguaje simbólico (interpretado), que por superficial, permita aparentar. El hombre a través de la (des)cortesía muestra que aprendió a ser superficial (aprendió a mentir); un logro evolutivo no alcanzado por ningún otro ser vivo del universo.

A modo de resumen final, la siguiente tabla expresa los conceptos fundamentales vertidos en este trabajo:




BIBLIOGRAFÍA

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Escandell Vidal, M. V. “Introducción a la Pragmática”. Ed. Anthropos, Madrid – 1993.

Llinás, R. “El cerebro y el mito del yo”. Ed. Norma, Colombia – 2003.

Salatino, D. R. “Realidad, lenguaje natural y una lógica alternativa”. Anales de Lingüística – Instituto de Lingüística – FFL – UNCu – Tomo XXVII-XXVIII-XXIX: 2005-2006-2007: (pág. 75-106). Ed. FFL – UNCu, Mendoza – 2008.

Watts, R. J.; Sachiko, I.; Konrad, E. “Politeness in Language”. Ed. Mouton de Gruyter, Berlin – 1992.

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Wittgenstein, L. “Tractatus Logico-Philosophicus” (1922). Versión electrónica de www.philosophia.cl (Escuela de Filosofía Universidad ARCIS). (TLP)

Noviembre 2008

¡Nos vemos mañana!