Historia de la Lógica Transcursiva (Capítulo 25)

Cuaderno I (páginas 147 a 152)

Aunque parezca mentira, y después de 4 largas horas de un monólogo digno de un economista, el Miércoles pasado he logrado 'convencer' al Directorio, en pleno, de la Obra Social (Departamento Legal incluido), de la conveniencia de informatizarla y lo barato que esto nos (les) saldría. Creo que una de las cosas que volcaron la decisión a mi favor, fue cuando ya para rematarla, el Director de Administración (una especie de ministro de economía) me preguntó, supongo que por darme una mano, - todo esto que tan brillantemente nos ha presentado, está muy bien, pero, ¿y sus honorarios, cuánto pretende cobrar por estar a cargo de este importantísimo proyecto y por todo el tiempo, que me consta, le ha dedicado y le deberá dedicar? - ¡nada! - le respondí, - ¿como nada? - me volvió a preguntar, para tratar de darle una respuesta coherente a la expresión de asombro de todos los presentes, - no, no es mi intención el lucrar con esto, simplemente considero un privilegio que todos ustedes hayan creído en mí, con lo cual estoy más que bien pago. Seguiré cobrando mi sueldo habitual, aunque con las responsabilidades de un Jefe de Departamento; si luego de llevar a buen puerto este 'barco informático', consideran que la labor cumplida merece algún resarcimiento, será bienvenido; por ahora, todo el dinero dispuesto para este proyecto debe ser dedicado a los importantes gastos de acondicionamiento que se están llevando a cabo, de los cuales rendiré cuenta en una próxima reunión. [demás está decir que ese 'resarcimiento' nunca llegó, sospecho que me lo merezco]

Hoy, teniendo el beneplácito de las autoridades, comienza mi peregrinaje por todas las empresas que puedan aportar información sobre el equipamiento que voy a necesitar para armar el centro de cómputos y sus 'satélites', con el fin de compaginar una licitación internacional, ya que la calidad y complejidad tecnológica que se necesita, no se fabrica en el país, ni tampoco está disponible, por tanto habrá que importarla especialmente. Esta es la parte que menos me gusta de todo esto, y sobre la que menos conocimientos tengo (prácticamente ninguno), por lo cual, creo, que será bastante dura la tarea.

Habiendo superado, a medias, la mala noticia de que el escrito del proyecto lo debo hacer en inglés, me he dedicado a buscar trabajos en las disciplinas de cada uno de nosotros (ya que no consigo que nadie más lo haga) que apoyen, aunque sea medianamente, nuestra (mi) propuesta. Así, he dado con varios trabajos (algunos buenos, otros no tanto) que apuntalan razonablemente las distintas elucubraciones que he realizado. No voy a detallar los hallazgos, porque son muchos, simplemente he de detenerme en un par, resumiendo su nivel de correspondencia con lo que he escrito.

Uno de ellos se trata de un modelo que encontré, publicado en 1974, en un libro sobre semiología psicoanalítica, en donde se habla de la 'lógica de las emociones'. Según este modelo, el proceso de semiotización del Yo pondría en relación dos universos que serían ordenados, esto es, sus miembros distribuidos en 'clases'. Sobre la base de esta relación distingue entre, 'indicio', como un hecho inmediatamente perceptible que nos hace conocer alguna cosa a propósito de otra; y 'señal', que puede ser definida como un indicio artificial, es decir, un hecho que produce una indicación y que ha sido producido expresamente para ello. Destaca dos tipos de códigos: a) código afectivo (factual inconsciente), y b) código informativo (verbal preconsciente-consciente).

Este modelo considera que toda clase o categoría abstracta se forma en un proceso de semiotización, en el cual el Yo, pone en relación dos universos distintos. En lógica corriente se define a una clase o categoría, como un conjunto de objetos o individuos de un universo dado, que presentan un conjunto determinado de características. A este conjunto se lo llama 'comprensión' de la clase; y para que efectivamente forme un 'clase', es necesario que mantenga una 'relación idéntica' respecto a un hecho exterior a su respectivo universo.

El otro trabajo que quiero destacar es, nada más y nada menos, que el del mismo Freud. Sí, en su Proyecto, postula que el aparato neuronal (luego psíquico) aprende, mediante la experiencia biológica, a discriminar dos tipos básicos de vivencias opuestas y complementarias, cuando se produce dentro de él, un incremento de la cantidad de estímulos, internos o externos.

Freud describe una 'vivencia de satisfacción' en la que se produce la percepción de tres fenómenos simultáneos: una descarga permanente de la tensión intraneuronal (mi Se), una fijación perceptual de las características del objeto gratificante en forma de imagen mnemónica desiderativa (mi As), y una fijación motriz del movimiento reflejo de la descarga en una imagen motriz de atracción (mi M). El binomio vivencial básico se completa con una 'vivencia de dolor', constituida por: la percepción de un aumento brusco de tensión intraneuronal (Se), de una fijación perceptual de las características del objeto que genera dolor en una imagen mnemónica hostil (As), y de una fijación motriz de movimiento reflejo ante el dolor en una imagen motriz de repulsión (M).

Freud dice que todo nuevo incremento tensional (interno o externo) producirá una atracción desiderativa hacia el representante psíquico o imagen mnemónica desiderativa del objeto satisfactorio concreto, la cual actúa como evocadora de placer, que es el representare psíquico de la disminución tensional intrapsíquica concreta. Al mismo tiempo se producirá una repulsión o 'defensa primaria' frente a la percepción de la imagen mnemónica hostil que evoca el displacer. A esta repulsión se agrega una tendencia a reemplazar la imagen mnemónica hostil por la desiderativa, a lo que Freud llama defensa o represión primaria, acompañada a veces por una descarga motriz refleja, salvo en los casos en que, con el Yo más organizado, la descarga tensional se efectúe por el pensamiento, que no rechaza ni evita la imagen hostil.

Según trato de hacerles ver a mis compañeros, lo que acabo de referir, más otras pocas cosas más, es lo único que tenemos como para defender nuestra (mi) propuesta [siempre fui consciente de que esto era muy poco. El hecho de haberlo colocado igual en el trabajo, ¿fue un mecanismo de autodefensa? Quiero decir, ¿estaba buscando que rechazaran el trabajo? Todo es posible. Me queda como justificativo el hecho de la no participación activa, por lo menos del Psicoanalista].

Como para amenizar la reunión que ha estado un tanto densa, traigo algunas aproximaciones sobre las representaciones oníricas que se me ocurrieron esta mañana muy temprano, cuando desayunaba en el café. (figura)

En la figura se trata de representar la 'codificación', según mi punto de vista, de los dos elementos que de acuerdo con Freud, forman los sueños, vale decir, los restos diurnos (RD) y los deseos reprimidos (DR). Por otro lado, y con una serie de números, que aparecen como descolgados, los distintos elementos que se forman durante el sueño: idea onírica, pensamiento onírico y la idea no reprimida. Finalmente, los tres mecanismos que según Freud, operan durante el sueño: desplazamiento, generalización (sustitución ?) y condensación. Una pequeña aclaración con respecto a los números (decimales) que aparecen en la figura. Como primera fila de ambas grillas que allí aparecen, se ven una serie de potencias de 2 (de 20 = 1 a 27 = 128) que sirven para convertir un número binario en decimal (que es un sistema ponderado, como el binario, es decir, su cálculo depende del 'peso' de la cifra considerada según su posición. En el decimal: unidades, decenas, centenas, etc. Con 'peso' me refiero a la potencia de diez respectiva, esto es, 101 = unidades, 102 = centenas, etc.). Si sumamos la potencia de dos en donde hay un '1', en cada una de las filas, obtenemos el código decimal que representa a esa secuencia de 'activaciones' de los distintos nodos ante una situación determinada, que están a renglón seguido de las potencias de dos. Así, el 40 que está frente a la primera fila de la grilla de la izquierda, responde a la suma de 32 (To activado) y 8 (As activado); y así sucesivamente.

Aclaramos que los restos diurnos (RD = 40) son objetos externos percibidos pero no elegidos (o no ligados según la expresión freudiana), por tanto se comportan como impresiones indiferentes. Esto se trata de representar en la grilla de la izquierda con un valor '0' en el nodo Eo (espacial), es decir, que 'no están'. Por esta razón nunca serán parte de una vivencia, y mucho menos, de una IDEA estructural. No formarán parte de la estructura psíquica ni serán operados por motricidad. (Freud deja esto en claro, en 'Más allá del principio de placer', cuando caracteriza la 'tercera' represión primaria)

A los deseos reprimidos (DR = 104, porque sería como un resto diurno pero con capacidad simbólica) el Yo le quita motricidad (M = '0') para evitar que sean operativos, una forma de seguir el mandato represivo del Ello, durante el sueño.

Para representar el mecanismo de generalización, se ha colocado un '0' en V (valencia) lo que asegura que esto ocurra, y como puede verse, está tanto en la grilla de la izquierda (inicio del sueño), como en la grilla de la derecha (sueño MOR (movimientos oculares rápidos) que es cuando soñamos). El desplazamiento se ha codificado mediante un verdadero desplazamiento hacia la derecha del registro. Hacer esto último en un código binario, equivale a una división aritmética. En la grilla de la izquierda tenemos dos registros: el superior (el de las ideas o estructural) y el inferior (el de los pensamientos o funcional). Cuando soñamos y por el mecanismo de desplazamiento, surgen: la idea onírica que se obtiene al desplazar el registro un lugar hacia la derecha, lo que equivale a dividir por dos, por esa razón, en la grilla de la derecha aparece 20 (40/2). Por otro lado, surge por el mismo mecanismo, el pensamiento onírico al desplazar hacia la derecha el registro respectivo, dos lugares, lo que equivale a dividir por cuatro, por eso aparece 26 (104/4).

Por último, la condensación, queda codificada por la simple 'suma' de los valores correspondientes a la idea y pensamiento oníricos, lo cual arroja 46, que representa una 'nueva estructura' que solo está vigente durante el sueño, me refiero a la 'idea no reprimida', la que difiere notablemente con respecto a una idea corriente, pero sobre todo, a un pensamiento, ya que carece de simbolización (Sb = 0), haciendo que el contenido del sueño latente y manifiesto difieran aún más. Si bien esta nueva estructura representa una 'transgresión' psíquica importante, o sea, que ha sido capaz de escabullirse por entre la barrera represiva, no es apta para expresarse tal como es, por carecer del polo simbólico. Por tanto será el Psicoanalista (desde su experiencia) el que 'cargue' debidamente su polo simbólico, cuando interprete el sueño y pueda así tener en sus manos, el 'núcleo de la psiquis' de su paciente.

¡Hasta mañana!