Historia de la Lógica Transcursiva (Capítulo 100)

Cuaderno V (páginas 597 a 602)

[¡Parece mentira pero es real, he cumplido con los primeros 100 capítulos de esta locura!]

(Continuamos con el trabajo de Mario Toboso Martín)

La 'doble' problemática del tiempo en la imagen ligada al M2, apoya la sugerencia de sustituir la línea horizontal de los Ah por el vértice de la ERP, que es el Ah en calidad de posición de presencia del S. [lo cual está de acuerdo con lo adoptado por la Teoría final] Dada la sustitución, el M2 se obtendría como relativización del M1 desde la presencia del Ah, o sea, debido a su cualidad de posición 'permanente' de presencia, el Ah favorece que el M1 - con su presente 'fluyente' ubicado en él en todo momento - sea interpretado por el S como un movimiento aparente de avance de su propia posición hacia el futuro que incorpora al citado movimiento, lo cual remite a las características del M2. [con todo lo último no hay coincidencia, desde que la Teoría final ve como innecesario M2, y como una mera 'fantasía' la aludida interpretación del 'movimiento' hacia el futuro. Nadie percibe absolutamente nada.]

El proceso de relativización implica la conversión entre las categorías pasado/futuro, propias del modo tensed, y las categorías antes/después, asociadas al modo tenseless, así como la articulación entre el M1(fuga) y el M2 (flecha), en la posición de presencia del S. Esta conversión es posible debido a que, por situarse en el Ah - que es su posición temporal -, [esta concepción deja varado al tiempo en el espacio] no le falta al S en ningún momento su cualidad de 'presencia' y por hallarse en posesión de esta cualidad, el movimiento de futuro → pasado del presente 'fluyente' sobre el Ah da lugar a un movimiento aparente de antes a después por parte del presente 'fijo' que deriva de su condición de posición de presencia del S y punto fijo de su experiencia temporal. [todas alusiones espaciales, ya que pone en contacto una noción real (espacio) con un sistema fijo de referencias: punto fijo, posición de presencia.]

Así, debemos entender que la cualidad de presencia inherente al Ah es la condición que hace posible el proceso de relativización descrito entre el movimiento de futuro → pasado y el movimiento de antes → después en la experiencia del tiempo por parte del S. [la LT explica esta relación entre tiempo externo (antes → Ah → después) y el tiempo interno (futuro → presente (Ah) → pasado) aplicando la teoría de la relatividad especial de Einstein. Con esto se demuestra que la simultaneidad es pura apariencia (es relativa); además, que el tiempo externo, en la superficie, llega más rápido que el tiempo interno al presente; y que el tiempo interno, en lo profundo, llega más rápido al futuro que el tiempo externo. Ambos se encuentran, aparentemente al mismo tiempo, superficialmente en el Ah.]

Además, la proyección intencional sobre las vertientes del CP no implica la ubicación aislada en el mismo de distintos esbozos, ya se trate de recuerdos, expectativas o impresiones - en calidad de motivos abstractos o sensibles - sino la relación ineludible de los mismos con el Ah. que en cuanto posición de presencia del S, [yo diría que el Ah es la situación temporal de presencia del S, y no una posición en el espacio.] les sirve de referencia permanente. Para llegar a constituirse como motivo, lo proyectado por la consciencia ha de ser en todo momento objeto (O) para el S dentro de su propio campo de presencia (CP), lo cual sugiere considerar que, en lo concerniente al ámbito de la experiencia temporal ligada al sentido interno, las categorías, tanto tensed como tenseless - en términos de las cuales se configura el citado campo - aportan el marco categorial en que se manifiesta la indisolubilidad de la relación entre S y el O (el motivo, en el caso de la facultad cognoscitiva humana), en cuanto polos subjetivo y objetivo, respectivamente, de toda representación. [la LT está en total desacuerdo con lo manifestado por el autor en este último párrafo. Primero y fundamental, porque todo lo relacionado al tiempo no tiene nada que ver con la consciencia, ni con las categorías lógicas habituales; y en segundo lugar, aunque no por eso menos importante, la relación entre S y O, que no es esa que está sugiriendo el autor, no constituye per se ninguna facultad cognoscitiva (psíquica en todo caso), si no está mediada por una transformación aparente y otra oculta. Por tanto, así las cosas, no se puede hablar de un polo subjetivo y un polo objetivo, y mucho menos, de una representación, porque nada de esto tiene un sustento lógico coherente.]

(SCH) expone con claridad la diferencia que caracteriza la motivación, por un lado la consciencia humana, y por otro, la consciencia animal. [que en tanto consciencia animal, son iguales en ambos. Las diferencias están en otros aspectos de la psiquis.] Por la intervención del sentido interno, el S se conoce a sí mismo (autoconsciencia) en oposición a la consciencia de las demás cosas, que es en lo que consiste la 'facultad cognoscitiva'. [nunca se ha dicho una falsedad mayor. En primer lugar, tanto el animal como el humano son sujetos, ambos tienen consciencia de sí mismos como tales, y ambos manejan el sentido de la realidad (que es interno y el único que hay), sin el cual ninguno de los dos podría permanecer con vida.] A través del sentido interno el sujeto conoce [primero observa, luego aprende, luego conoce (hace 'carne' lo aprendido) y finalmente interpreta, es decir, le encuentra sentido para estructurar un patrón de respuesta motora ante las exigencias del ambiente; el animal hace exactamente lo mismo y sin ninguna diferencia cualitativa. Nada de todo esto tiene que ver con una facultad cognoscitiva.] su propio cuerpo como sede y órgano de la voluntad, [el control volitivo es exclusivo del cerebro neuronal y visceral. Es organismo todo es quien lleva a la práctica los patrones motores que se 'arman' entre los ganglios basales, la oliva inferior y el cerebelo.] que actúa 'hacia afuera' y cuyos actos ve repetirse en el tiempo siempre de un modo simultáneo a sus acciones, de lo que deduce la identidad entre ambos, reconociendo así la voluntad no en su totalidad, ni como unidad en su esencia, sino en sus actos particulares, esto es, en el tiempo. [no tiene sentido involucrar el pensamiento lógico en todo este mecanismo. Las respuestas volitivas no son deducibles, solamente se llevan a cabo una vez aprendidas y certificada su efectividad para solucionar alguna demanda específica, momento en el cual se transforma en hábito, con lo cual se vuelve absolutamente inconsciente. Los patrones temporales armados en la oliva inferior no son accesibles a la consciencia.]

Tales actos de voluntad, que son el objeto para la consciencia de uno mismo, se producen con ocasión de algo que - enmascarado en al consciencia de las demás cosas - constituye, a su vez, un objeto para la facultad cognoscitiva. [esto dicho así suena obsceno; los actos de voluntad como los llama el autor, no son otra cosa que patrones temporales puestos en ejecución por el cerebelo para responder a las demandas, son de índole intencional, pero no en el sentido en que lo utiliza el autor basado en SCH, sino que son llevados a la práctica como consecuencia de haber aprendido de la realidad, e interpretado su sentido con la 'intención' de sobrevivir. En cuanto a decir que estos actos representan el objeto para la consciencia, es impropio, porque la consciencia no es la que tiene que lidiar con los objetos, sino la psiquis; ella solo permite, en parte, que éstos sean percibidos y nada más. Se que lo que acabo de decir atenta contra las ciencias cognitivas, las que están basadas exclusivamente en el papel fundamental que ellas le dan a la consciencia; pero es justo que digamos que la consciencia no juega papel alguno en todo el mecanismo íntimo de la psiquis, solo posibilita su contacto con el exterior.]

Este objeto que se presenta en el campo de la consciencia del S es el 'motivo' y supone la materia del acto de voluntad, ya que siempre se dirige hacia aquél, pues solo en relación con tal objeto puede la acción ser concebida. [como podemos ver, el autor centra todo arsenal especulativo en el objeto. Es bueno saber que la realidad externa a la psiquis no está poblada por objetos que detentan determinados atributos o cualidades, sino por hechos que representan la estrecha y particular relación que hay entre un sujeto, un objeto y una transformación. El autor se olvida de lo más importante: del S, siendo que todo lo que describe es de naturaleza subjetiva.]

Se debe notar que la proyección intencional del AhA hacia el esbozo BA contenida en la vertiente futura del CP, no solo tiene componente (vertical) hacia el futuro, sino también (horizontal) hacia el después. Esto sugiere que las categorías tensed (pasado/futuro) y las tenseless (antes/después) se conciban a la vez, en el mismo acto de extensión intencional por parte del S, quien desde su posición temporal en el Ah despliega por medio de dicho acto la estructura dinámica y categorial del CP. [nada que sea categorial (en el sentido habitual del término) puede ser dinámico. Las categorías clásicas se comportan como una 'fotografía instantánea' de una situación particular en un universo determinado y acotado.] Esta estructura [las categorías no tienen estructura propia. Las especies la tienen.] implica un movimiento combinado dentro del citado campo; por un lado, el de futuro → pasado/tensed/fuga/ M1, y por otro antes → después/tenseless/flecha/M2. Ambos movimientos se dan a la vez y de un modo interdependiente, lo mismo que las dos fuerzas operante en un 'par', que se articulara en torno a un punto fijo de aplicación. En el caso de la estructura dinámica del CP se articulan en torno al punto fijo o vértice de la ERP, que es el Ah, en cuanto a la posición de presencia del S. (figura)


{Creo que hay un error en la propuesta de la figura 3, ya que se especifica que el ángulo que forman la aplicación de M1 y M2 se aplica a todos los Ah de igual forma. Por tanto, la similitud con un sistema físico es absoluta y su resolución, por el método del paralelogramo, da como resultante un movimiento aparente un 'hundimiento' en el pasado, pero en reversa (hacia el después), lo cual no coincide con lo que habitualmente se percibe en cuanto al transcurso del tiempo. Propongo una modificación de la figura que contemple una resolución física correcta del 'par' de fuerzas aplicadas a cada Ah, la que da como resultante el M2 (flecha), que además es como se percibe aparentemente el transcurso del tiempo, y por otro lado, coincide con la consideración física de la determinación del tiempo (flecha del tiempo de Prigogine) (tiempo objetivo) (aspecto cuantitativo). Este es uno de los componentes de la percepción del tiempo; el otro es el aspecto subjetivo (cualitativo) que está dado por el 'giro' de la estructura en 'reversa', ya que se desplaza de un Ah a otro, no en una línea recta, sino en un 'espiral'} [hay algunos aspectos aquí, en este comentario hecho en su oportunidad, que luego fueron desechados.]

El carácter ineludible de esta aplicación nos induce a pensar que la dinámica conjunta en que se combinan ambos movimiento, en lugar de consistir en una circunstancia común a la totalidad de los Ah, constituye más bien, una condición general puesta de antemano por la consciencia del S, en lo que respecta a la experiencia del tiempo y a la aprehensión de su transcurso. De la aplicación del par de fuerzas, surge (con las debidas reservas) que el tiempo transcurre 'hacia' la combinación del pasado y del después. Es evidente que este punto de vista se opone en toda medida al punto de vista habitual derivado del sentido común.

{¡Por eso la figura 3b! La combinación de los dos movimientos (movimiento uniforme: horizontal-M2) que surge de la aplicación de un movimiento uniformemente acelerado (vertical-M1), y la tendencia proyectiva (uniforme) hacia el futuro, da como resultado una especie de parábola de un proyectil.}

La consideración conjunta de ambos movimientos remite a la noción de síntesis en la temporalidad del S.

[continuará ... ]

¡Nos encontramos mañana!