Historia de la Lógica Transcursiva (Capítulo 105)

Cuaderno V (páginas 627 a 632)

(Continuamos con la obra de Schopenhauer)

El tiempo y el espacio, cada uno separadamente, son intuitivamente perceptibles, aún sin la materia, más ésta, no lo es sin ellos. La forma inseparable de la materia presupone ya el espacio y la acción de la materia que constituye todo su ser, se refiere siempre a un cambio, o mejor, a una determinación de tiempos. La materia no presupone al espacio y al tiempo separados; por el contrario, la reunión de ambos es lo que constituye su esencia, pues se ha mostrado que tal esencia consiste en la acción, es decir, en la causalidad. {es una causalidad recursiva: bucle} [es cierto que la esencia de la realidad subjetiva (que es la única realidad que existe) es el cambio, pero no la causalidad; todo lo contrario, el cambio es el efecto no la causa. El único método para poder estudiar estos fenómenos subjetivos lo constituye la 'inversión' de la propuesta científica, es decir, la abducción, en donde el efecto se produce antes que la causa. Esta 'predicción' del futuro es lo que desbarata todo el aparato lógico que aquí se está presentando, que contradiciendo a SCH, se ha mostrado inútil luego de 2500 años de aplicación, en la exploración de la subjetividad.]

El cambio, o sea, la modificación que sobreviene por virtud de la ley de causalidad, [el cambio no tiene nada que lo preceda; es el fenómeno primigenio de la realidad subjetiva.] se refiere en cada caso a una parte determinada del espacio y a una parte determinada del tiempo, conjuntamente. Por lo tanto, la causalidad relaciona el tiempo con el espacio. La esencia de la materia es la acción, y por lo mismo, la causalidad; de ahí se infiere [pensamiento lógico = convención ∉ realidad subjetiva] que el espacio y el tiempo deben hallarse reunidos en la materia. [lo cual constituye una falacia]

En la materia es donde vemos producirse la simultaneidad. [aquí se trivializa el concepto de simultaneidad, en desmedro del tiempo] La verdadera esencia de la realidad es la simultaneidad de distintos estados, pues solo esto es lo que hace posible la duración. {tiempo y espacio no están en la materia, sino en la representación de dicha materia.} [la esencia de la realidad subjetiva, ya lo dijimos, es el cambio que relaciona dos elementos que son opuestos, complementarios y concurrentes, es decir: sujeto (S) y objeto (O).]

Lo que en el S guarda correlación con la materia o con la causalidad (ambas son la misma cosa) es el entendimiento. El cuerpo es el O inmediato del S, pues sirve de intermediario a la intuición de todo lo demás. Solo los Os pueden ser causa y sus efectos son siempre otros Os. El cuerpo es el O inmediato, aquella realidad que sirve de punto de partida al S para el conocimiento; [esto tiene algo de coherencia en el fondo; es cierto que los objetos que primero 'forman parte' de la estructura psíquica, son los que el niño va descubriendo en su cuerpo, en tanto objetos y en tanto funciones.] que precede con sus causas inmediatamente conocidos, [esto ya no es coherente; que el cuerpo sea nuestro, no quiere decir que tenemos un conocimiento inmediato y 'a priori'; ese 'conocimiento' hay que lograrlo con todo el trabajo que significa conocer cualquier cosa, ya sea esta, interna o externa.] a la aplicación de la ley de causalidad, y que así suministra a ésta todos sus datos. [el mismo comentario que el anterior. Esta forma de presentar la percepción de nuestro cuerpo, es usarlo de rehén para lograr 'argumentos' que no son tales.]

La esencia de la materia consiste en su actividad. Pero no hay causa y efecto más que para el entendimiento que es lo correlativo de la materia en la esfera subjetiva. [aquí, sincerándose un poco, admite que todo lo planteado hasta ahora, responde solo al pensamiento lógico. En lo que no acierta es en asignar esto al área subjetiva. Lo único de subjetivo que tiene es la relación de nuestra psiquis con la regla, la convención, la institución. O sea, solo 'arañó' la 'corteza social' de la realidad subjetiva.]

El conocer, así como el moverse por motivos sacados del conocimiento, es el verdadero carácter de la animalidad, [antes que el conocer está la observación y el aprender (aprehender)] como el moverse por virtud de excitaciones en el carácter de la planta. [toda célula eucariota responde a excitaciones (señales o cambios), no importando si forma parte de una planta, de un animal o de un hombre. Los animales no humanos, o sea, los seres multicelulares con sistema nervioso central, responden a signos, esto es, a dos objetos relacionados por un cambio. Mientras que el hombre es el único que responde a símbolos, es decir, a un S relacionado a un O por medio de un cambio. El hombre reúne en sí, todos estos niveles, los cuales están representados en distintas regiones de nuestro cerebro. Así: nuestro cerebro neuronal responde a señales, nuestro cerebro visceral responde a signos, y nuestro cerebro cortical responde a símbolos. Para los detalles de este enfoque descargar de esta página el libro "Aspectos psico-bio-socio-culturales del lenguaje natural humano" y leer el capítulo 3 de la primera parte: 'Origen del lenguaje natural humano', página 50.]

Los animales viven tan solo en lo presente; el hombre vive, además, en el porvenir y en lo pasado. [algo que no es correcto. Todo ser vivo, todo sujeto, vive en un eterno presente y nada más.] Ellos satisfacen sus necesidades del momento; él, por medio de instituciones artificiales, provee a las futuras, hasta para un tiempo en que ya no existirá. [¿y esto es vivir el futuro?] Ellos están abandonados enteramente a la impresión del instante, [igual que el hombre, ya que éste es tan animal como aquellos.] a la acción del motivo posible; él se determina por virtud de nociones abstractas, con independencia de lo presente. [esto último es solo una ilusión; nadie que esté vivo es independiente del presente; solo lo está aquel sujeto que ya no pertenece al mundo de los mortales.]

El animal siente y percibe, el hombre además piensa y saben, ambos quieren. [grosero error es esta soberbia humana. Todos, en tanto sujetos o seres vivos, sentimos, observamos, aprendemos, conocemos e interpretamos, porque es la única forma en que le podamos encontrar sentido a la realidad que nos rodea y así poder seguir vivos; obviamente, todos deseamos, no queremos, y todos pensamos, si por pensar se entiende el armado de respuestas acordes a lo exigido por el entorno (pensar volitivo). El hombre solo se distingue en dos aspectos: maneja el pensamiento abstracto (pensar cognitivo) y fabrica creencias para dar cumplimiento a sus deseos; por esta última razón, hay una sola cosa que nos distingue de nuestros congéneres, los animales, y es que fuimos capaces de inventar un código para mentir. Un animal, no importando el lugar que ocupe en la escala zoológica, nunca miente.]

El animal manifiesta sus sensaciones y su disposición interior por medio de movimientos y de gritos; el hombre comunica u oculta su pensamiento por medio del lenguaje. [es lo que acabamos de decir, lo cual, no constituye precisamente una virtud a destacar o que sirva para considerarnos 'superiores' a los animales.] El animal no aprende a conocer la muerte más que con la muerte; el hombre avanza cada día hacia ella con conocimiento de causa y esto da a veces a la vida una gravedad fúnebre. Por eso principalmente tiene el hombre filosofías y religiones. {como animales buscamos la vida, como hombres huimos de la muerte} [no existe conocimiento de causa sobre la muerte; justamente, es esa brutal ignorancia, ese terror sin rostro, lo que hace que existan las filosofías, las religiones y la ciencia; como una forma de paliar la angustia que nos genera el desconocimiento de por qué debemos morir. El animal no humano nos aventaja, y mucho, porque no se plantea tal ignorancia.]

La falta de razón reduce a los animales a no tener más que percepciones intuitivas, actualmente presentes en el tiempo, es decir, a no conocer más que los objetos reales. [igual que al hombre, porque la razón no forma parte de la realidad subjetiva de ningún ser vivo, sino que es una entelequia igual que la mente; vale decir que no existe.] Nosotros, [los superiores, supremos y superlativos seres del universo] por el contrario, en virtud del conocimiento en abstracto [en todo caso pensamiento abstracto, pero no conocimiento.] además de la estrecha actualidad real, abarcamos el conjunto de lo pasado y lo futuro, y el inmenso campo de la posibilidad, contemplamos libremente la vida en todos sus aspectos, llegando más allá del presente y de la realidad. [todas fantasías de las que nos hemos provisto para poder llevar a cuestas, la pesada carga de nuestra ignorancia. Porque no sabemos ver la vida en todos sus aspectos es que nuestra madre tiene que cuidar de nosotros hasta bien pasados los 4 años de vida. Nuestra incapacidad, algo prácticamente inexistente, aún, en el más simple de los animales, hace que nos creamos nuestras propias mentiras.]

Lo que el ojo es en el espacio y para el conocimiento intuitivo, lo es la razón, hasta cierto punto, en el tiempo y para el conocimiento interior. [esto explica porque somos cegados por la evidencia y desconocemos absolutamente todo lo relacionado a la realidad subjetiva.]

[continuará ... ]

¡Nos vemos mañana!