Historia de la Lógica Transcursiva (Capítulo 102)

Cuaderno V (páginas 609 a 614)

(Continuamos con el trabajo de Mario Toboso Martín)

El S cognoscente como condición supuesta de antemano de todo O cognoscible [esto es, cuando menos, un preconcepto; cuando no, un prejuicio] - es concebido por SCH como el punto fijo ante el cual transcurre el tiempo con todas sus representaciones, [no ha podido, hasta ahora, fundamentar estas representaciones, desde el punto de vista lógico] no pudiendo conocerse su transcurso más que en contraposición con el carácter estable de dicho punto. Este punto fijo es el Ah. De acuerdo con SCH, estaríamos hablando del punto necesario de unidad de consciencia o Yo teórico, que expresa la noción kantiana de la unidad sintética de apercepción, en la que se 'ensartan' todas las representaciones como en un collar de perlas, y gracias al cual el 'yo pienso', en cuanto hilo del collar 'tiene que poder acompañar todas nuestras representaciones'. [¡qué manera más ingenua de definir la consciencia y su relación con el Yo! Aunque no solo ingenua, sino incorrecta, porque se basa para las definiciones, en definiciones, que a su vez, nunca fueron hechas. Por lo tanto se cae en una falacia por  'petición de principio', en su acepción: "falacia de las muchas preguntas" que está presente cuando alguien hace una afirmación que presupone algo que no ha sido probado o que no ha sido aceptado en forma universal. Los argumentos que incurren en esta falacia no son válidos porque las presunciones ligadas a la propuesta carecen de base argumental, o simplemente se trata de una forma de coacción para que el lector poco atento afirme o niegue, según sea el caso, algo que no ha sido puesto en evidencia. La afirmación de que "andar solo en el bosque ('punto fijo') por la noche ('la consciencia') puede ser peligroso (para el 'Yo teórico') porque las hadas ('la apercepción kantiana') pueden embrujar  a los caminantes despistados" (nuestras 'representaciones'); presupone que las hadas (apercepción) existen y que son capaces de embrujar ('ensartar') a las personas (nuestras representaciones).]

Según SCH, lo que Kant entiende por unidad sintética de apercepción [las hadas del ejemplo anterior], es algo así como el centro inextenso de la esfera que engloba todas nuestras representaciones, [¡es decir, algo que no existe!, como las hadas] cuyos rayos convergen en él; es decir, el S cognoscente, correlato subjetivo de toda representación. [otra falacia] Su consciencia cognoscitiva o intelecto [ya dijimos que esto también es una entelequia, porque todo lo cognoscitivo propiamente dicho es inconsciente; y por supuesto, nada tiene que ver con la inteligencia o lo que mal entendemos por ella.] es el medio y lugar de los 'motivos' hacia los que se dirigen los 'actos de voluntad'. [todo lo volitivo es exclusivamente biológico, automático e inconsciente] Es en ella donde, con ocasión de las impresiones externas, nacen por un lado, las representaciones intuitivas que se convierten en motivos para la voluntad. [intuir, según la LT, es incorporar una categoría transcursiva a una especie psíquica; es decir, separar semejanzas relacionadas por un cambio o transformación oculta o profunda; en fin, es relacionar una idea (estructura) con un pensamiento (función). La intuición es simplemente un 'atajo' para llegar superficialmente a la comprensión de un hecho sin elaborar pensamiento alguno. Como podemos observar, no tiene nada que ver con la voluntad ni los motivos.]

Por otro lado, en el intelecto racional [parece que hubiera otro tipo de intelecto. ¿irracional?. De cualquier manera, racionalizar, según la LT, es reemplazar una clase transcursiva en donde las diferencias unen, por una clase lógica convencional, en donde las diferencias separan. O sea, es pasar de un conocimiento aparente a una presunta comprensión, dando una 'explicación coherente' a sentimientos, pensamientos, conductas o a los mismos hechos, recurriendo al pensamiento lógico; algo que no existe.] estas representaciones experimentan, además, una elaboración ulterior por medio de la reflexión. [esto es el mejor ejemplo de lo que significa racionalizar.]

Dicha consciencia cognoscitiva tiene que unificar en un solo punto todas las representaciones, así como la elaboración que de ellas realizan sus funciones, [para que haya funciones tiene que haber una estructura que las genere. ¿cuál es la estructura de la consciencia?] para formar, ya sean intuiciones, [no definidas] o bien conceptos; [tampoco definidos] ese punto se convierte, por así decirlo, en el foco que unifica y concentra los rayos de su actividad, [¿?] el cual no recae hacia afuera, como si fuera un espejo cóncavo, sino hacia adentro, como en el caso de uno convexo. Todo ello para que surja aquella unidad de la consciencia que es el 'Yo teórico' - el soporte de toda la consciencia - dentro de la cual se presenta como idéntico con el 'Yo volente', [existe un solo Yo, que a veces es objeto de sí mismo, y siempre es S.] del que no es sino una mera función cognoscitiva. [no vale la pena seguir insistiendo en lo mismo; la improcedencia de tales afirmaciones.]

Puesto que con el S es dado, a la vez, el O (pues sino la palabra no tendría significación), [esto es así, pero no porque una simple palabra se quede sin significado, sino porque son los elementos básicos (opuestos, complementarios y concurrentes) que componen la realidad subjetiva.] y del mismo modo, con el O es dado el S, dará lo mismo que uno diga que los Os tienen tales y tales determinaciones propias y características, o que diga que el S conoce de tales y tales maneras. [uno, en realidad, puede decir cualquier pavada, pero eso no cambia la situación; esto es, no cubre el profundo desconocimiento que el autor tiene sobre estos procesos psíquicos.] Y así, lo mismo vale decir que los Os se pueden dividir en esas 4 clases, que decir que al S le son propias las referidas cuatro potencias cognoscitivas. [¡un verdadero sin sentido!]

El Ah tiene carácter retrospectivo, por la conservación de elementos de la experiencia en el fenómeno del transcurso del tiempo, en cuanto posición de presencia del S. [esto que aquí se pone de una manera confusa y sin ningún fundamento, tiene algún grado de realidad. En el Ah, ya lo hemos visto, suceden dos cosas fundamentales: se percibe y se actúa. La acción se 'recupera' según lo percibido en el cuña anterior (en el Ah previo). Si a esto se lo quiere llamar retrospectivo, está bien.] Si se analiza la postura tradicional en cuanto al transcurso del tiempo y que considera al tiempo como una línea de Ah remite al mencionado procedimiento de abstracción que, planteado sobre la estructura categorial conjunta del Ah, lo transforma, finalmente, en una especie de 'Ah extendido', pero no 'distendido'. Al margen de la referencia a una parametrización de tipo temporal, la línea de los Ah puede considerarse como un 'continuum' normalizado apto para la determinación del tiempo y la asignación de 'fechas' debido a que no posee los caracteres 'cronométricos' requeridos para tal determinación, los cuales son aportados por la referida parametrización, pues ésta no es otra cosa, al fin y al cabo, que 'medida temporal'. El Ah es ese punto en el que, en calidad de S y O, el cognoscente y el volente toman contacto entre sí. [como ha ocurrido en otras ocasiones, el autor, sin proponérselo siquiera, dice algunas 'verdades subjetivas'. Efectivamente, el Ah es el punto de contacto del 'mundo externo' que comienza por el S como O, y el 'mundo interno' que es el S como S. Esto constituye un aparente 'punto fijo' y eterno, anclado en el presente. Una sucesión discontinua de estos Ah (separados por 25 milisegundos) constituye el estado de consciencia (80% del total), cuando estamos en vigilia, y del 20% cuando dormimos. Dejamos el 100% de consciencia para cuando tenemos que prestar atención porque hay algo nuevo que aprender, para poder seguir vivos.]

Se da en él, [en el Ah] por tanto, la doble condición de servir, por un lado, de posición de presencia al cognoscente, y por otro, de transcurrir, a través del Ah que en tal posición se ubica, la sucesión de los 'actos de voluntad' por parte del volente, que se inscriben en la cronología ya mencionada. La naturaleza, en apariencia paradójica, de esta doble condición del Ah encuentra su expresión en la antinomia de que el tiempo sea, subjetivamente, un punto fijo y objetivamente una secuencia cronológica indefinida. [son pocos los aciertos en relación a los fracasos. Subjetivamente el tiempo, cuando estamos conscientes, se percibe como un 'eterno presente'. Punto. Esto no tiene relación con cómo se maneja el tiempo psíquicamente. Por otro lado, objetivamente el tiempo es una secuencia porque así lo dispuso la institución científica para poder acercarse, escasamente, a una explicación de los fenómenos que observa en la apariencia, pero, el tiempo objetivo NO EXISTE.]

Los motivos que se distribuyen en el CP no solo lo hacen en función de las categorías distensivas, sino también en términos de las categorías extensivas, cuya asociación con el parámetro temporal convierte a la línea de los Ah en cronología. Las categorías extensivas, así 'metrificadas', aportan a los motivos sus determinaciones cronológicas, lo que posibilita, además, que en el citado campo pueda identificarse una noción clara de 'distancia' temporal. [ya cayó, sin proponérselo, en la concepción antigua del tiempo, al hacer intervenir al espacio.] Es a partir de esta noción que adquieren sentido, [lo que en realidad quiere decir es significado] dentro del contexto 'temporal' del CP, cualidades y relaciones de carácter 'espacial' tales como la proximidad o la lejanía, como elementos que forman parte de la estructura categorial de este campo, las categorías distensivas (pasado/futuro) constituyen 'lentes' a través de las cuales el cognoscente 'contempla' - se podría decir también cualifica [ya manifestamos que se puede decir cualquier cosa; que lo que se dice tenga sentido (no significado) es otra cosa, la cual generalmente no se dice.] - la cronología que en cuanto parametrización de la línea de los Ah se deriva por abstracción de us propia posición de presencia en el Ah. Pasado y futuro ofrecen, pues, al cognoscente, posicionado en el Ah, el panorama completo de su CP, si bien tal panorama se extiende ante él en virtud de las referidas determinaciones cronológicas inherentes a los motivos.

Para que los motivos que se distribuyen en el marco del citado CP no sean concebidos como meros 'fantasmas', deben remitirse a lo que se denomina un 'contexto de significación'. [todo termina, de alguna manera o de otra, con una fuerte ligazón lingüística, lo que certifica el apoyo fundamental que presta el 'pensamiento lógico' a este tipo de especulaciones 'vacías'.] Es decir, la proyección intencional por parte del cognoscente, a partir del cual se despliega la estructura dinámica y categorial del CP, ha de poner en juego, igualmente, el contexto de significación referido a los motivos particulares objeto de la proyección. En términos generales, la extensión intencional del S hacia las vertientes de su CP puede darse a través de un 'procedimiento predictivo', en caso de que la proyección vincule la posición del cognoscente a la vertiente futura, o bien a partir de un 'procedimiento retrodictivo {preventivo}, si la extensión intencional se da hacia la vertiente pasada. Normalmente, ambos procedimientos formarán parte de una 'teoría', responsable de dar cuenta del comportamiento de unciera clase de fenómenos que, en tanto objetos de estudio para la misma, interpretaremos como objetos para la teoría. [sin dudas este último párrafo del autor, es el más acertado de su trabajo. Precisamente, la Teoría final invoca estos dos mismos procedimientos como la base de los mecanismos que utiliza la psiquis para el manejo del tiempo interno. El predictivo para explicar esa maravillosa capacidad cerebral de 'predecir el futuro' y que justifica la finísima automatización de tareas rutinarias, lograda a fuerza de una dilatada experiencia previa (por ejemplo, el tenista que coloca su raqueta en el lugar exacto a donde llegará una pelota que todavía su contrincante ni siquiera lanza; en donde se valora, dada la experiencia, la postura adoptada por el otro tenista a la hora de realizar su golpe.). Por su parte, el procedimiento retrodictivo, que yo prefiero llamar preventivo, es aquel que, basado también en la experiencia pasada, detecta una 'tendencia hacia un error ya cometido' y corrige (previene) para que no vuelva a suceder.]

Todo Ah se inscribe dentro del la cronología derivada a partir de la parametrización de la línea que los reúne. No es sino en calidad de motivos abstractos como el S se representa la diversidad de los sucesos que conforman dicha cronología, los cuales distribuye sobre la misma por medio de los procedimientos retrodictivo/predictivo. Esto hace de tales sucesos, en calidad de motivos abstractos inmersos en la cronología, objetos para distintas teorías (NOTA: de manera frecuente, dentro del marco formal de ciertas teorías de corte científico los procedimientos retrodictivo/predictivo que vinculan dichos sucesos a la posición del S - se incluyen dentro de una misma operación matemática, que se expresa normalmente en términos de la variable paramédica temporal 't'. [lo que convalida de una manera soberbia, la arbitrariedad que acompaña a todas estas elucubraciones.])

En relación a lo visto se consideran tales teorías como 'fuentes de motivos abstractos' que - bajo la forma de sucesos 'cualificados' como pasados y como futuros por el S - se ofrecen también como objetos para éste dentro del marco de la 'ley de motivación'. Si consideramos nuevamente la noción de teoría como 'contexto de significación' se debe asumir [aunque no tenga sentido] que, la procedencia teórica de los motivos que se distribuyen en el CP es la responsable de que los mismos posean algún significado [insisto, pero no sentido.], lo cual - bajo la consideración del proceso de motivación - no expresa otra cosa que su condición de ser objeto para éste. [objeto como lo es parte del predicado de una oración para el sujeto gramatical, pero nada más.]

[Analizar este extenso trabajo sobre el tiempo ha dejado como rédito una serie de orientaciones que luego fueron utilizadas en la Teoría final con éxito. Estas orientaciones ya han sido comentadas en los 'aciertos' del autor. Por lo demás, y hoy visto a la distancia, hemos podido comprobar lo endeble del conocimiento sobre el funcionamiento psíquico que ostentosamente los filósofos dicen conocer o intuir.]

¡Nos vemos mañana!