Historia de la Lógica Transcursiva (Capítulo 103)

Cuaderno V (páginas 615 a 620)

(Hoy comenzaremos el comentario de la obra más difundida de Schopenhauer (SCH). Trabajo de referencia: "El mundo como voluntad y representación" Volúmenes I y II - Hyspamerica, 1985)

Volumen I: La representación sometida al principio de razón: el objeto de la experiencia y de la ciencia.

p.17 - El mundo es mi representación - El mundo que le rodea al hombre no existe más que como representación, es decir, única y enteramente en relación a otro ser: el ser que percibe, que es él mismo.

Esta es la única verdad a priori: es la expresión de aquella forma de toda experiencia posible y concebible, más general que todas las demás, tales como las del tiempo, el espacio y la causalidad, las cuales la presuponen.

Si cada una de estas formas es aplicable a una clase distinta de representación, no pasa lo mismo con la división sujeto y objeto que es la forma común a todas ellas, la forma única bajo la cual es posible y concebible una representación de cualquier especie: abstracta o intuitiva, pura o empírica. [un enfoque, que en su momento, me subyugó; porque era el primero que leía en donde los actores principales eran el sujeto y el objeto, mis, casi obsesivos, fundamentos.]

Todo lo que existe para el conocimiento, o sea, el mundo entero, no es objeto más que en relación al sujeto, no es más que percepción de quien percibe; en una palabra: representación. Esto es verdadero respecto a lo pasado, presente y futuro, de lo lejano como de lo próximo, puesto que es verdad respecto del tiempo y del espacio, en los cuales únicamente está separado todo. Cuanto forma o puede formar parte del mundo está ineludiblemente sometido a tener por condición al sujeto (S) y a no existir más que para el S.

EL MUNDO ES REPRESENTACIÓN. [esto y decir que toda realidad es subjetiva está a un paso]

Esto no significa negar la existencia de la materia, o sea, su solidez, impenetrabilidad y extensión (esto sería ridículo), sino rectificar la opinión vulgar y afirmar que la materia NO tiene existencia independiente de la percepción mental, puesto que la existencia y perceptibilidad son términos convertibles uno en otro.

Se fijará la atención en el aspecto del mundo que nos sirve de punto de partida, o sea, la perceptibilidad; por tanto, debimos considerar únicamente como representaciones y llamar pura representación a todos los objetos existentes, incluso, a nuestro propio cuerpo.

 Se hace abstracción aquí de la voluntad, la cual es lo único que constituye el otro aspecto del mundo. Una realidad que no fuera ni lo uno ni lo otro sería un monstruo (como la cosa en sí de Kant). [en líneas generales sigue siendo compatible con la Teoría final, porque la realidad subjetiva está dividida, por así decirlo, en un nivel superficial (sistema bio-externo o la voluntad de SCH) y un nivel profundo (sistema pisco-interno o la representación de SCH), faltaría el sistema socio-cultural y la correspondencia sería prácticamente total.]

Aquello que lo conoce todo y que de nadie es conocido es el S. Es el sostén del mundo, la condición constante, sobreentendida siempre, de todo lo probable, de todo objeto, puesto que todo cuento existe, solo existe para el S. [este, quizás, sea el punto de coincidencia más fuerte entre la propuesta de SCH y la LT, en donde el S es el centro de todo, quien hace posible la realidad subjetiva.]

Cada hombre es este S, pero únicamente en cuanto conoce y no en cuanto es objeto de conocimiento. {cuando es fuente de cambio y no su destino} [la LT es más abarcadora e incluye a todo ser vivo, ya que solo se 'representa' en la estructura psíquica, aquello a lo cual se le encuentra sentido, esto es, que sirve para seguir vivos.]

Su cuerpo mismo es objeto y, desde este punto de vista, le consideramos igualmente como representación. El cuerpo es un objeto entre tantos otros y está sometido a las leyes de los objetos, aunque su objetividad sea directa. [tal cual es considerado por la LT]

Como todos los objetos de la percepción está incluido en las formas de todo conocimiento, es decir, en el tiempo y en el espacio, que engendran la pluralidad; pero el S, el que conoce y que nunca es conocido, [puesto que conocer, según la LT, es 'encarnar' lo aprendido, lo que conocemos como tener una vivencia.] no está comprendido en tales formas, sino que , por el contrario, éstas le suponen previamente; por eso ni la pluralidad ni la unidad le pertenecen. [aquí, dicho esto de esta manera, suena a posición radical. En la realidad subjetiva, el S, es todo eso; es uno y múltiple, porque es un individual con lo universal implícito.]

No le conocemos nunca, y él es quien conoce donde quiera que hay conocimiento. [donde quiera que haya algo que 'encarnar' e interpretar; es decir, encontrarle sentido, para seguir viviendo.]

[continuará ... ]

¡Nos encontramos mañana!