Historia de la Lógica Transcursiva (Capítulo 126)

Cuaderno VI (páginas 753 a 758)

(Continuamos con el planteo y desarrollo general del trabajo)

La realidad es el dominio de todo lo que existe y como tal es un continnum organizado discretizable aunque no discreteado. La discretización permite identificar sus sistemas componentes y comprender sus interrelaciones, que de otra manera estarían vedados a cualquier análisis. Dos son los sistemas que componen la realidad: el entorno y yo como sujeto.

En cuanto al entorno lo caracterizaremos como aquello que trasciende los límites de mi cuerpo,y que está formado por objetos y sus interrelaciones. Estos objetos considerados reales, considerados aisladamente son: el sujeto (como individuo y fuente de cambio), el objeto (como destino del cambio), y el cambio (considerado como organización). Solo existes objetos dinámicos que representan patrones autónomos universales o emergentes; elementos fundamentales en la evolución del entorno como sistema.

Yo podría definirme como un sistema compuesto, híbrido, o sea un sistema dinámico no lineal en donde mi no linealidad puede ser expresada por una lógica combinacional. Existiendo en mí un enlace o acople complementario entre el dominio estructural puramente biológico que es mi cerebro, caracterizado por variables continuas (dt, por ejemplo), y el dominio lógico funcional, tiempo independiente que es mi psiquis, caracterizado por variables discretas (binarias). Sería visto de esta manera, un control digital (psíquico) de un organismo análogo (biológico). Esta estructura da fundamento a relaciones psicosomáticas que en realidad representan una modalidad de control mutuo entre dominios (convolución).

Mi soma, entonces, pasa a constituir el contexto y puede definirse como una verdadera frontera, o sea una interrelación entre una identidad que me distingue como sistema y la identidad eco-dependiente que me conecta al entorno.



La figura anterior describe las relaciones entre los sistemas componentes de la realidad. Haciendo abstracción de la complejidad que caracteriza a cada uno de los sistemas reales, podríamos plantear en última instancia y usando la metáfora biológica que las interrelaciones están planteadas entre sendas unidades estructurales, a saber: el psicocito (P), el biocito (B) y el sociocito (So). El biocito representa cualquier célula viva del soma, el psicocito la unidad integral y funcional sobre la que se basa el proceso psíquico, y el sociocito representado por el sujeto como individuo, verdadera unidad social. Cada uno de estos estamentos tiene comportamientos equivalentes; así, tanto el psicocito como el sociocito comparten con el biocito el tener un núcleo que le da la vida a través de la información necesaria ('mapa genético') que les permite crecer (madurar), asociarse a otras unidades para formar sistemas especializados (complejizarse) y reproducirse (perpetuarse). Estructuralmente, estas unidades son interdependientes y tanto es así que hasta pueden suplantarse mutuamente en sus funciones.

Hay otros elementos que componen este autómata finito que es la realidad [una alusión desmedida, que luego será ajustada y restringida solo al aparato perceptivo con que se aprehende la realidad, pero de ninguna manera abarca toda la realidad.] que se integra a la vida de las unidades estructurales de la acción (V). Este componente es el objeto (O) considerado como destinatario de un determinado cambio. Esta cuantificación de un objeto que de otra manera sería absolutamente inerte, sin capacidad de integración, permite que cualesquiera de las unidades 'vivas' pueda intercambiarse por él, pasando así a ser considerados como destinatarios de un cambio, situación esta que puede darse en forma reflexiva (sobre sí misma).

Las unidades estructurales se asocian para dar origen a los sistemas componentes de la realidad. El psicocito lo hace con el biocito para originar el Yo (como sujeto), y el sociocito lo hace con los objetos a través del cambio para dar origen a los llamados objetos dinámicos de la realidad o PAU (patrones autónomos universales); medio utilizado por el sociocito para 'reproducirse' y organizarse con otras unidades similares. Precisamente esta estructura dinámica comporta la existencia de una estructura básica aunque de mayor complicad y cuyo núcleo es el sociocito.

Hay relaciones estrechas entre las unidades estructurales definidas por una secuencia inviolable. Así, el P se relaciona con el So a través del B que constituye la frontera entre las otras dos unidades. Todas estas relaciones son bidireccionales. Las que se dirigen  desde So hacia P son capturadas por un aparato perceptivo [uno de los autómatas finitos], que justamente está alojado en el dominio del biocito (soma). Las relaciones que se dan desde P hacia So son ejecutadas por el aparato motor, que también se aloja en el dominio somático. Dicho de otra manera, el P no se relaciona directamente con el So, ni este con aquel, por tanto, no es posible acceder a la estructura psíquica desde 'afuera', ni tampoco constituir una psiquis social, global. [colectiva, como la propuesta por Jung]

Como bien muestra la figura anterior, sí existen relaciones directas entre B y cada uno de los componentes del PAU; interrelaciones estas que son bidireccionales. A esta condición se debe la posibilidad de intercambiabilidad de funciones. Es fácil observar que Yo puedo constituirme de individuo que genera un cambio, en otros individuos u otros objetos de la realidad, operándose una verdadera extensión del PAU; o lo contrario, un individuo puede generar en cambio y tenerme a mí como objeto (destinatario). [esto que aquí constituye un verdadero disparate, luego y enfocado correctamente, constituirá una base sólida para operar una lógica policontextural.]

Se debe aclarar y precisar algunos términos utilizados en nuestro planteo. Así, estructura es distinto de organización, y esta distinta de sistema, ya que expresan un mayor grado de complejidad a medida que se pasa del primero al último. Estructura se refiere a un conjunto de reglas que ligan combinándolas, las unidades de base, entendiendo por estas los elementos tomados como entidades en un determinado nivel de complejidad. Como generalmente las reglas que se utilizan para definir una estructura, determinan cómo se transforman las unidades, se tiende a identificar a la estructura, desde el punto de vista formal, con un sistema.

Organización es lo que forma y transforma, produce, mantiene, abre y cierra un sistema. Es la relación de relaciones (Morin); es la interrelación compleja. Para comprender de dónde surge la organización debemos retrotraernos a un concepto que proviene del mundo de la física, y que es la entropía [todo esto será desechado a corto plazo.], que además de significar energía utilizada o incapaz de producir trabajo, que se acumula e inutiliza (por alcanzarse un equilibrio) en un sistema cerrado, también significa una degradación del orden por lo que constituye un proceso irreversible. Boltzman da la pauta que en realidad un sistema cerrado no debe verse desde la óptica del trabajo, sino desde el orden y el desorden; y define así a la entropía en términos de desorden (), que en un sistema cerrado es su estado más probable.

No obstante, en nuestra realidad no surge el desorden, sino el orden aparente y esto hace que no se comprenda que en la realidad exista un desorden, pero no que descomponga ni degrade, sino que genere y cree, que de existencia. Prigogine nos mostró que aún desde el punto de vista termodinámico, no necesariamente deben ser considerados como antinómicos el orden y el desorden, más bien como complementarios. En condiciones de fluctuación y de inestabilidad (desorden) los flujos de calor pueden transformarse en 'estructura' (estructuras disipativas) que tramitan esa energía; organización (). En el plano biológico, von Neumann, plantea que los seres vivos funcionan con desorden, y von Foerster, sugiere que la organización viva surge desde el desorden () (principio del orden desde el ruido). Finalmente, René Thom, plantea que toda creación va unida a una ruptura o catástrofe, o sea, desintegración y génesis están irremediablemente unidas. (figura)





Como la estructura que muestra la figura anterior surge de opuestos (orden ↔︎ desorden), no es algo estático, sino dinámico y esta dinámica queda expresada por un 'sentido de giro' de tal estructura. Todo cuanto existe responde a esta estructuración dinámica. De esta manera, la organización se puede lograr a través del orden (giro dextrógiro) lo común y habitual, o través del desorden (giro levógiro) lo excepcional y producto de un gran azar.

Los elementos constitutivos de este bucle giratorio se distinguen, unos de otros, mediante una 'regla común' argumentada en base a 'rasgos de oposición'; esto es, un arreglo de diferencias en donde lo que importa es la presencia (1) o ausencia (0) de un determinado elemento (componente o vertiente). Son las presencias o las ausencias lo que se tiene en cuenta, y no la naturaleza de lo que como valencias plenas, colma dichas valencias. Todos los elementos reales pueden quedar caracterizados como una conjunción de oposiciones y contrastes, siendo estos últimos los objetos de la realidad, como lo muestra la tabla siguiente.


De esta manera dispuestos los constituyentes del bucle, deben considerarse a la vez y en conjunto como términos complementarios, concurrentes (simultáneos) y antagónicos, aunque, lo que es estrictamente real es la conjunción orden/desorden, [esto no es del todo correcto ya que también debe se considerado como real el cambio que los relaciona.] dos tendencias que están indefectiblemente unidas, que nacen juntas siendo a la vez relativas y relacionales (referentes y correspondientes). Esta unión es la expresión de unidad de dos lógicas que a la vez que se combaten y tratan de anularse, se nutren entre sí.

Surge de esta manera una organización de la diferencia, de la unión y de la oposición. Junto a la organización surge también una lógica multivaluada sin contradicciones, ni tercero excluso, lo que la hace difusa e incierta: clásica por sus extremos y ambigua en su centro. [esto, desde el punto de vista lógico, no se cumple; para solucionarlo surge la LT]


Referencias: DOr = desorden - Or = orden

Las interacciones entre estos extremos polariza la realidad (figura anterior ); surgen objetos (en el sentido lato) en donde predomina cada una de las tendencias. Un sujeto (S) en donde el desorden es fuente de cambio; un objeto (O) en donde el orden lo delata como el destinatario de ese cambio. Un tercer objeto interrelaciona a los anteriores: la organización (V), en donde a la conjunción desorden/orden (sujeto/objeto) la transforma en fuente de acción. Entonces, el bucle se transforma (figura anterior ). Esta transformación lleva a considerar a los objetos como sistemas, vale decir, una interrelación de elementos en una unidad global. Una unidad organizada de interrelaciones entre sujeto, objeto y acción. Llegamos así al conocimiento del sistema que deviene en un objeto complejo, dinámico o emergente que en última instancia es todo cuanto existe: la realidad, mi psiquis y el modo organizacional de todo lo que la rodea.

La polarización de la realidad, como vimos anteriormente, opera como un mismo y único conjunto, pero en donde sus extremos se influyen mutuamente, que como sabemos son opuestos y complementarios. (figura)





Son tendencias opuestas que se transforman la una en la otra en forma permanente, pero sin desaparecer ninguna de ellas (complementarias) constituyendo una especie de remolino que gira (en torno a un punto) generalmente en sentido dextrógiro (en el sentido de las agujas del reloj), que pone en evidencia la presencia de ambas tendencias, pasando en forma continua, de un extremo al otro cíclicamente. Si caracterizamos con un '1' la presencia de desorden, debemos caracterizar con un '0' la ausencia de éste en el otro extremo. En su giro pasa por un punto medio (0.5) que representa la presencia de un solo elemento compuesto por partes iguales de los dos anteriores. Cuando el ciclo va del orden hacia el desorden, '01' caracteriza dicha dirección, o sea, el predominio absoluto del desorden. Cuando se cumple la otra mitad del ciclo: '10', representa entonces, haber alcanzado el extremo del orden. '01' y '10' son complementarios y opuestos, ya que uno es la negación del otro. (figura anterior )

He aquí lo que compone básicamente la realidad: elementos en donde predomina fundamentalmente el desorden; y como, según hemos visto, es lo que caracteriza a los seres vivos, podemos llamarlos sujetos (S); mientras que aquellos en los que predomina el orden, los llamaremos objetos (O). (figura anterior ).

Lo real, básicamente, debe entenderse como una transacción sujeto/objeto, componentes estos que quedan caracterizados [desde el punto de vista lógico] como lo muestra la siguiente tabla:


[Se puede decir que en este capítulo comienza realmente a sedimentar, en sus bases, la Teoría final. Si bien, existen aún importantes contradicciones y cuestiones no solucionadas, que tendrán que esperar la llegada de la lógica policontextural de Günther para encontrar una salida.]

[continuará ... ]

¡Nos vemos mañana!