Historia de la Lógica Transcursiva (Capítulo 63)

Cuaderno III (páginas 375 a 380)

Seguimos con 'Los Principios de Psicología' de Williams James (1890)

Capítulo 15 - La percepción del tiempo:
Pasado = memoria.
Nunca tenemos algún otro conocimiento que del instante presente.
El conocimiento de alguna otra parte del 'flujo', pasado o futuro, cercano o remoto está siempre mezclado con nuestro conocimiento de las cosas presentes.
La experiencia de observar el 'tiempo vacío' (vacío en sentido relativo), la exteriorizamos en 'pulsos'. Esta concepción en unidades de duración es llamada: 'ley del flujo discreto del tiempo' (V1, pág. 622). La discretización es, sin embargo, meramente debida al hecho de que nuestros actos sucesivos de reconocimiento o de apercepción, son discretos. No obstante, la sensación es tan continua como cualquier sensación puede ser. [en total acuerdo con nuestra postura]

Todas las sensaciones son caracterizadas en los 'pulsos'. Acorde a la imagen de Hodgson: 'la sensación es la cinta de medir, la percepción el aparato de dividir que estampa su longitud (duración).' El número de experiencias directas del presente (P) aparente y el pasado inmediato intuido, puede involucrar nuestra memoria primaria o elemental. La sensación resultante del 'solapamiento' de la duración de las experiencias es un continnum. Para nosotros, la longitud de la duración es la 'duración', y el tiempo en que se solapan no tiene un sentido de comprensión directo. La variación en las apreciaciones de la misma cantidad de tiempo real, posiblemente, podría ser explicada por la alteración en la velocidad con que se desvanecen las imágenes de consciencia, que pueden corresponder a los procesos superpuestos. Nosotros solo podemos concebir, objetivamente, un espacio de tiempo que no exceda el alcance de nuestra memoria primaria, en un momento dado.

Tenemos varias razones para pensar que las criaturas, posiblemente, puedan diferir enormemente en las cantidades de 'duración' que ellos sienten intuitivamente. Von Bær ha hecho algunos cálculos interesantes, sobre el efecto de tales diferencias sobre el aspecto de la naturaleza: supongamos que somos capaces de sensar, en el término de un segundo, 10.000 eventos en vez de 10, como ahora [nuestra propuesta es que la 'percepción se abre' al entorno, unas 40 veces por segundo, pero esto no implica 40 eventos, sino millones de ellos]. Si nuestra vida fuera destinada a manejar el mismo número de impresiones, sería 1.000 veces más corta. Viviríamos menos de 1 mes, y no podríamos conocer ni la secuencia de las estaciones.

En la situación anterior, si naciéramos en invierno, pensaríamos que estamos en verano, cuando sintiéramos los calores de la era carbonífera. Los movimientos de los seres orgánicos serían tan lentos, que no serían percibidos por nuestros sentidos. El sol se detendría en el cielo, y la luna no tendría sus cambios; y así sucesivamente. Si se invierte la propuesta y se supone que solo podemos percibir un milésimo de nuestras sensaciones, en un tiempo determinado, viviríamos 1.000 veces más. Los inviernos y veranos durarían 15 minutos. Las plantas crecerían tan rápido que parecerían creaciones instantáneas. Los arbustos anuales se alzarían de la tierra y caerían en ella cada primavera, como las burbujas del agua en ebullición. Los movimientos de los animales serían tan rápidos, como lo es una bala. El sol pasaría por el cielo como un meteoro dejando una estela tras de sí, etc., etc.

Tales casos imaginarios (exceptuando la longevidad sobrehumana), sería precipitado negarlos en alguna parte del reino animal. (Von Bær, "Reden", St. Petersburg, 1864, Vol. I, pp. 255-268) [es increíble  la cercanía existente, entre lo dicho en este capítulo y nuestra 'cuña temporal']

Capítulo 16 - Memoria:
En el capítulo anterior vimos la intuición directa del tiempo, y además, que se limitaba a duraciones, considerablemente menores a 1 minuto. Más allá de sus fronteras se extiende la inmensa región del 'tiempo concebido'; pasado y futuro se extienden en una dirección o en otra, en la que nosotros proyectamos todos los eventos que pensamos mentalmente como reales, sistemática y cronológicamente ordenados. La relación temporal se concibió como un 'espacio ficticio', pintado sobre el telón de fondo de un teatro, que representa el espacio real. Los objetos pintados delante (árboles, columnas, etc.) los percibimos desde una perspectiva continua, cuando en realidad, vemos uno solo de ellos; los demás, imaginamos verlos.

- Memoria primaria: es transitoria.
- Memoria propia o secundaria: es la del pasado.
- Recuperación del contenido de memoria. (figura)


En la figura podemos ver un simple esquema de cómo funcionaría la memoria secundaria. Sea n un evento pasado o sus ajustes (seteo) (aspectos concomitantes, fecha, presente individual, etc.); y m algún pensamiento presente o hecho que hace propicia la conveniencia de ese recuerdo. Los centros nerviosos, activos en el pensamiento, de m, n y o, están representados por M, N y O, respectivamente. Luego, la existencia de los 'caminos', M→N y N→O, será el hecho indicado por la frase: 'retención del evento n en la memoria', y la excitación del cerebro a lo largo de esos 'caminos' o vías, será la condición actual del recuerdo del evento n.

Capítulo 19 - La percepción de las cosas:
La consciencia de las cosas materiales particulares, presentadas a los sentidos, es conocida como percepción (P). La P difiere de la sensación (S), por la consciencia de los hechos lejanos asociados con el objeto de la S. Las Ss. y los procesos cerebrales reproductivos se combinan para darnos el contenido de nuestras Ps. Cualquier P es una P adquirida.

La P puede ser definida según las palabras de Sully, como el proceso por el cual, nuestra mente, suplementa una impresión sensorial, como acompañante o escolta de Ss. revividas. El agregado total de las sensaciones actuales y revividas, son solidificadas o integradas, dentro de la forma de 'percepto'; esto es, una aprehensión o cognición aparentemente inmediata de un objeto, ahora presente, en una localidad o región del espacio.



Aproximaciones sobre la consciencia:

Según el comentario de Cárdenas (1995), la representación mental podría describirse como la integración de una topografía espacial complementada con un análisis temporal. Estos 'circuitos' trabajarían espontáneamente y en forma paralela. Entendiendo por espontáneo, a la organización espacio-temporal, en donde lo espacial estaría dado por contactos de ramificaciones dendríticas superficiales determinadas, en toda la corteza; mientras lo temporal sería una secuencia, a modo de barrido 'rostro-caudal' (tálamo-cortical) de altísima velocidad (cada 12,5 ms, 80 veces por segundo) (todo esto está basado en datos experimentales, de los cuales los más importantes son los aportados por Llinás y Rivary, en 1994).

Parafraseando a Jaramillo, 'la anatomía como espacio y la fisiología como dinámica temporal'. Luego, se podría ver a la consciencia  como un 'espacio virtual', coordinado por la velocidad de barrido. {Esto estaría, en el aspecto dinámico, de acuerdo con lo postulado por Williams James (1890), quien como hemos visto, consideraba a la consciencia como un 'flujo continuo'}

El análisis del estado momentáneo de los puntos de activación cortical, permitiría un continnum de comparación entre el(los) estado(s) anterior(es) y el presente. Toda esta información leída en cada uno de estos periodos temporales de barrido (12,5 ms) serían compiladas como 'una sola imagen cognitiva', la cual, integrada con la leída en el próximo periodo de 12,5 ms, generarían una representación topográfica espacio-temporal. [después se verá que no es topográfica, sino topológica; es decir, no depende de su disposición en el espacio, sino de sus relaciones generales que forman un 'patrón' determinado]. Estos comentarios dan la base para postular un modelo de la consciencia de funcionamiento continuo, como ya tuvimos oportunidad de ver cuando presentamos el esbozo de la Teoría General.

Tipos de consciencia (funcionales):

1. Vegetativa - reserva - inatención.
2. Monitora - pasiva - llamar la atención - búsqueda de objeto.
3. Voluntaria - activa (equivalente a la sensorial de James) - prestar atención.

La consciencia es una unidad de flujo continuo que funcionalmente está condicionada por la atención, la cual representa el modo de comportamiento temporal del aparato perceptual. El barrido tálamo-cortical representa una adecuación discreta para el sensado de la realidad (entorno + contexto), compuesto por una serie continua de interrupciones regulares (12,5 ms), que permiten a la psiquis detectar los cambios de la realidad, que puedan influir en el contexto, o en ella misma. Este mecanismo de rastreo nunca se detiene, y es más, constituye una condición básica de los seres vivos. Mientras el rastreo esté operativo hay vida, y hay un ser que representa, según Prigogine, un sistema abierto que tiende, mediante un escrutado de la realidad, a lograr un patrón de organización creciente (auto-organización), mediante la corrección de errores (disminuyendo su entropía, o aumentando su información).

- Atención: el comportamiento temporal del aparato perceptivo que representa la atención, podría explicar algunas aparentes paradojas, como la referencia del 'tiempo hacia atrás' (Libet, 1967) (¿efecto ∴ causa?), o el solapamiento por la duración del presente (James, 1890). Las interrupciones periódicas representan el presente (el ahora) y el 'estar' de los eventos o de los cambios que pueden percibirse, y se postula que en los 'espacios de tiempo' intermedios (entre las interrupciones), somos ciegos, sordos, etc.; en una palabra, estamos en un estado de inconsciencia. Este 'tiempo muerto' no tiene por qué ser así, si suponemos que, aunque no haya consciencia aparente de ello, durante estos periodos, sí ocurren cosas.

Imaginemos por un instante, que los periodos referidos anteriormente, son 'ventanas' que nos permiten ver lo que acontece en un 'mundo fantástico' como el propuesto por Von Bær (1864), en donde, en vez de percibir de 30 a 40 eventos/segundo, percibiéramos 30.000 a 40.000 eventos por segundo (1 cada 25  μseg); o sea, 1000 veces más rápido; el tiempo subjetivo de la percepción, virtualmente se detendría.



APORTE:

Según las investigaciones hechas por Llinás (1998) se concluye que la consciencia es un evento 'no continuo', determinado por la actividad sincrónica en el sistema tálamo-cortical. En este trabajo, Llinás muestra que existen dos sistemas de interconexiones tálamo-coticales: el formado por los núcleos talámicos específicos, que da cuenta de la percepción del mundo externo (mediante los órganos de los sentidos) {APE}, y que modula la actividad motora; y el formado por los núcleos talámicos no específicos, que se encarga del contexto interno y lo concerniente al estado de alerta {API}. La ligadura entre estos dos sistemas, da la coherencia temporal del sistema que cicla a 40 Hz (1 ciclo/25 ms) {12,5 estímulo; 12,5 inter-estímulo}. Por tanto, el presente, representado por las interrupciones del proceso continuo cerebral para atender al entorno/contexto (ciclado tálamo-cortical), ocuparía un tiempo ≍ 0 (en la apariencia, el tiempo equivale a 'cero'), no necesitando solaparse, dada su escasa duración interna.

[Los aportes vertidos aquí, como así también, las increíbles intuiciones de Williams James son realmente relevantes, porque puntualizan con precisión, el funcionamiento del tiempo, tal como quedará, casi sin modificaciones, en la teoría final. No obstante, sigue siendo curioso el hecho de necesitar varios años para darme cuenta de la 'profunda verdad' que todo esto encierra.]

¡Nos vemos mañana!