Historia de la Lógica Transcursiva (Capítulo 324)

Cuaderno XIV (páginas 1947 a 1952)

(En este capítulo continuamos con el análisis de la propuesta de George Lakoff)

METÁFORA CONCEPTUAL

Lakoff y Johnson cambian la forma de abordar una metáfora, la cual, para ellos, deja de ser un recurso poético o literario, para transformarse en un fenómeno cognitivo (metáfora conceptual), es decir, no es más una expresión lingüística aislada del uso cotidiano, sino una relación sistemática entre un dominio de origen (concreto) y un dominio meta (abstracto) unidos por una proyección, con lo cual su lectura se aleja de la de una proposición lógica o de una ecuación, ya que en lugar de términos, son puestos en consideración, dominios o campos completos de la realidad.

Para identificar una metáfora entendida según las especificaciones anteriores se debe analizar el lenguaje, con lo cual queda claro que media en todo este proceso, una ardua labor de ‘reconstrucción’ del lingüista cognitivo o del cognitivista general. Lo anterior toma gran relevancia porque condiciona fuertemente los supuestos resultados obtenidos con este tipo de análisis. En otras palabras, la metáfora conceptual puede verse más como un constructo adecuado a la realidad empírica por obra de la mente del analista, que un verdadero mecanismo cognitivo, formador de conceptos, de nuestra psiquis.

Este gran esfuerzo constructivo demanda no pocos ‘ingenios’ técnicos (metáforas especiales, principio de la invariancia, efecto de enfoque, etc.) para que el proceso se pueda cumplir tal como lo pergeñaron sus creadores, o sea, para que un rendimiento adecuado permita hacer cognitivamente accesibles o disponibles dominios conceptuales abstractos o sirva como recurso creativo ‘sencillo’ y ‘natural’ usado, bien como principio heurístico o bien para ‘rellenar los espacios vacíos’ en un concepto metafórico ya existente.

Tal vez lo más impactante de "Metáforas de la vida cotidiana" [De Lakoff y Johnson, 1980] no solo sobre la lingüística, sino sobre todas las ciencias cognitivas, fue la sistematicidad de los ‘conceptos metafóricos’; una forma muy particular de caracterizar el pensamiento y las acciones humanas, haciendo ver que la metáfora impregna la vida misma y nos ayuda a comprender el mundo mediante una ‘sugestiva proyección’ de conceptos cercanos y conocidos sobre conceptos nuevos.

Mediante una tipología escueta (metáforas estructurales, metáforas ontológicas y metáforas orientacionales), sus autores, cubren todo el infinito espectro de la realidad empírica y lo proyectan al plano conceptual, ordenando ‘cognitivamente’ los pensamientos para una mejor comprensión de situaciones difíciles, para ‘acercar’ hacia lo concreto las emociones, actividades e ideas abstractas o para organizar algunos conceptos con relación a otros, a través de orientaciones espaciales humanas elementales.

Dado el supuesto básico de esta propuesta, es decir, la presunta existencia en nuestra mente de un sistema conceptual que incide notoriamente en nuestro pensamiento y en nuestros actos, constituyendo así el fundamento de la coherencia estructural de nuestro lenguaje, es que la hemos considerado como una modalidad de categorización a ser analizada, ya que aquí el ‘sistema conceptual’ está conformado por estructuras (los conceptos) que poseen una organización interna y ciertas propiedades que les permiten relacionarse entre ellos. Estos ‘patrones conceptuales’ operan como categorías que a primera vista no requieren condición de verdad alguna para determinar su significado, algo que solo se fundamenta en un simple aforismo: ‘el significado bien entendido viene dado antes de la verdad’.

Categorías basadas solo en la experiencia representadas mediante conceptos que no son puramente ‘mentales’, sino de fuerte arraigo corporal y social, son las que proporcionan las bases para delinear otros conceptos ‘más abstractos’. Esto último que se conoce como ‘proyección conceptual’, por ser un ‘proceso cognitivo’, puede que no se refleje en el lenguaje, entonces un análisis de este según el método experiencialista, puede aportarnos información relevante para hacer evidentes las ‘conceptualizaciones subyacentes’ y así formular hipótesis predictivas acerca del funcionamiento del sistema lingüístico. Todo un marco ‘científico-mimético’ fabricado para hacernos creer que la metáfora es un objeto que al ser abordado adecuadamente desde el plano lingüístico, se puede transformar en un poderoso instrumento que nos permite explorar las profundidades de las estructuras cognitivas.

Obviamente, según el panorama anterior, la metáfora conceptual como mecanismo generador de categorías, no resiste más análisis.

TEORÍA NEURAL DE LA METÁFORA

En el capítulo "Las raíces de la metáfora", del libro editado por Raymond Gibbs (2008) "The Cambridge Handbook of Metaphor and Thought" - 'El manual Cambridge sobre metáfora y pensamiento', Lakoff asume la intrépida tarea de ‘explicarnos’ mediante una teoría neural, que pertenece a Jerome Feldman, el por qué la metáfora es universal, por qué pensamos metafóricamente, cómo es que nuestro sistema metafórico crece con la experiencia, cómo de simples metáforas cotidianas surgen complejas metáforas poéticas, y en fin, cómo el total de los pensamientos filosóficos o matemáticos puede ser elaborado desde metáforas conceptuales.

También nos hace ver aquí que todo esto fue posible gracias al gran desarrollo de la ‘ciencia del cerebro’ (sic) y de la ‘computación neural’ (sic), que le han ayudado a enriquecer su propio conocimiento de cómo trabaja la metáfora conceptual. El hecho de que, él como profesional, esté decididamente alejado de estas especialidades, no fue óbice para crear con Feldman el 'grupo de la teoría neural del lenguaje' (TNL).

En una pequeña introducción a la TNL, nos dice que los pensamientos son físicos y que las ideas y los conceptos que los componen son físicamente ‘calculados’ por las estructuras cerebrales. Nos refiere que el cerebro físico hace posible todo esto, aunque todavía tenemos mucho que aprender sobre cómo el cerebro ‘calcula la mente’. La TNL, concluye, combina lo que se sabe científicamente con las hipótesis basadas en la computación neural. [¿¿¿???]

Con escaso respaldo científico y bibliográfico, da una serie de cifras y vierte algunos conceptos que además de estar equivocados, ni siquiera están relacionados. De esta manera llega a los ‘grupos neuronales’ o nodos como les llama, que son similares a los homónimos de Lamb, aunque aquí, parece que a diferencia de aquellos, las neuronas constituyentes se disparan a distintos tiempos, lo cual hace que se activen gradualmente, convalidando así las bases del ‘conexionismo estructurado’ [Que Lakoff distingue taxativamente del conexionismo PDP (Parallel Distributed Processing - procesamiento distribuido en paralelo) de Rumelhart (1986), diciendo que no es distribuido, sino local] que desarrollara Feldman en la década de 1970.

En Corporizacion y Simulación de la Semántica afirma que en la TNL la relación entre el cuerpo y el cerebro es central en el concepto de ‘semántica como simulación’. Involucra las neuronas espejo para explicar lo que es ‘simulación semántica’, diciendo que así como estas neuronas se activan tanto cuando se hace una acción, como cuando esta acción es imaginada [Lo que, según él, las hace merecedoras del mote de 'multimodal'], la ‘simulación semántica’ se basa en esta simple observación de Feldman: ‘si uno no se imagina que alguien realiza determinada acción, no le es posible entender luego el significado de una expresión que trate de dejar constancia de tal situación’. Feldman arguye que el significado de los ‘conceptos físicos’ es una ‘simulación mental’ (Feldman, 2006, p. 213), esto es, la activación de las neuronas necesarias para imaginar percibiendo o realizando esa acción. Una cosa que ‘sabemos’ – continúa – es que no toda imaginación o recuerdo es consciente, por lo tanto no toda simulación mental lo es, por lo que ‘típicamente’ no tenemos consciencia de la mayoría de ellas.

Para Lakoff, un ‘nodo significativo’ es un nodo que cuando se activa da lugar a la ‘activación’ de una ‘simulación neural total’ y cuando se inhibe, inhibe esa simulación. Las ‘inferencias’ ocurren, según este planteo, cuando la activación de uno o más nodos significativos resulta en la activación de otro nodo significativo.

La TNL, siguiendo la teoría de la ‘simulación semántica’, sugiere que el circuito neural que caracteriza el significado de, por ejemplo, ‘agarrar’ es el circuito de las neuronas espejo que se activa cuando se imagina o se ejecuta semejante acción. De esta manera son corporizados los ‘conceptos concretos’.

A continuación nos pone al tanto de que el flujo de iones a través de la sinapsis, puede tanto contribuir a la activación de la neurona postsináptica, como ayudar a inhibirla, dependiendo de si las cargas de los iones son positivas o negativas y así la activación de las ‘simulaciones neurales’ constituyen los ‘pensamientos significativos’. Obviamente – aclara – que no pensamos todos los pensamientos posibles al mismo tiempo. De hecho – asegura – la mayoría de los pensamientos son posibles o están inactivados o ‘positivamente inhibidos’ la mayoría del tiempo, haciendo gala de un desconocimiento sublime del tema.

Bajo el subtítulo de Inhibición Mutua da detalles de este concepto y explica que esto ocurre cuando, por ejemplo, existen dos formas inconsistentes pero igualmente probables, de abordar una situación. Para respaldar lo anterior menciona lo común que es esto en política, en donde el punto de vista estricto del mundo conservador se contrapone al punto de vista complaciente del mundo progresista. Esto es, ellos son mutuamente inhibitorios. Pero mucha gente tiene activos ambos puntos de vista en diferentes áreas de sus vidas, pudiendo así pensar ante una determinada situación, desde un punto de vista o desde el otro. Cuando uno está activado, el otro está inhibido.

Por razones de espacio, no podemos seguir este análisis minucioso de la producción de Lakoff [Para un análisis exhaustivo cf.: The Cambridge Handbook of Metaphor and Thought – Gibbs (2008) – (The Neural Theory of Metaphor) (pp. 17-38)], por lo que solo señalaremos algunas de las conclusiones a las que arriba este investigador en su trabajo:

- Se logra una aproximación razonable al tipo de ‘cómputos’ que deben realizar los ‘grupos neuronales’ para caracterizar marcos, metáforas, metonimias, espacios mentales y las mezclas.

- Se construyó un programa de computación que permitió concretar todo lo anterior.

- Miles de marcos y metáforas analizados informalmente, pueden ser fácilmente convertidas a este sistema de notación.

- Hemos aprendido lo suficiente acerca de la metáfora natural como para comprender que nuestro sistema metafórico se construye solo por el funcionamiento de nuestras vidas cotidianas.

- La teoría neural de la metáfora cambia mucho la perspectiva de la lingüística cognitiva, no en el análisis en sí mismo, sino en nuestra comprensión de cómo funcionan los sistemas metafóricos.

El limitado análisis realizado a esta propuesta de Lakoff es suficiente como para concluir que no constituye una alternativa válida para el manejo de las categorías y por tanto tampoco, de lo conceptual y psíquico propiamente dicho, siendo imposible predecir, con la ayuda de estos aportes, el comportamiento psíquico en relación al lenguaje y cómo incide este en nuestra actividad pensante.

¡Nos vemos mañana!