Historia de la Lógica Transcursiva (Capítulo 339)

Cuaderno XV (páginas 2039 a 2044)

(Damos comienzo, en este capítulo, a un nuevo volumen de apuntes; el último (07/2011). Este cuaderno estará dedicado a los 'libros' que tenemos en carpeta para ser editados en el corto y el mediano plazo. Hoy desarrollaremos un tema importante en mi teoría: el nacimiento de una contextura)

EL NACIMIENTO DE UNA CONTEXTURA

En un comienzo todo es desorden (1); el orden (0) del entorno pasa desapercibido. No obstante éste existe, y es lo que ayuda a distinguir sujeto (S(01)) de objeto (O(10)), aunque, para un niño que recién nace, esto es irrelevante. Él solo puede percibir en estos primeros momentos, aquello que, fuera de él, relaciona S y O, es decir, el cambio (11), aquello que paradójicamente para su entorno, oficia de organizador.

Este cambio se le hace presente de una manera dramática, generadora de zozobra y desesperación, ya que le está indicando el peligro inminente que corre si no se alimenta, o sea, si no cubre su necesidad primaria: sobrevivir.

En esta primerísima etapa, en realidad, se da la concurrencia de 3 cambios (V):
- Un cambio interno (11)
- Un cambio externo (11)
- Un cambio aparente (11); indistinguibles en su caracterización, no así en su localización.

Cambio interno: representado por el estado de desesperación sentido por el niño (sobrecarga del sistema) (V1).

Cambio aparente: (externo) propiciado por la madre, y que radica en todos los preparativos necesarios para la alimentación del bebe, incluido (lo más importante), la inducción del reflejo de succión y la succión misma. (V3)

Cambio externo: (también externo) que está representado por el alivio que trae el alimento. Este cambio oficia de 'interrelación' entre los otros dos, o sea, es el que organiza la respuesta del bebe. (descarga del sistema) (V2)

En este aparato psíquico, muy rudimentario, se pueden evidenciar las siguientes características:
- Universo: unidimensional (1D)
- Tiempo: presente
- Medio expresivo: señal
- Lenguaje: táxico
- Operación de composición: equivalencia
- Impulso (motor): necesidad






Partiendo desde la fase 1D en donde la estructura es como lo muestra la figura adjunta (V1 = cambio interno; V2 = cambio externo; V3 = cambio aparente), y representa un sistema parcialmente saturado que cicla, pero 'descentrado'; esto es, ante la sobrecarga la proyecta (Revery de Bion)







En la fase de transición 1½D (figura adjunta), ante la sobrecarga del sistema, se busca 'afuera' los mecanismos para tramitar esta sobrecarga (se proyecta). El sistema está saturado, pero estático. La madre presta un O y los elementos para operarlo, y se genera en su psiquis, un 'espacio transicional'. Para que el sistema cicle, el niño aplica, a una parte de los elementos, la operación interna (equivalencia = ≣), como se muestra en la figura, la única que conoce; y a la otra parte de los elementos aportados por la madre, la operación externa, también aportada por esta. Queda así convalidada la primera 'representación psíquica' de un objeto que, en realidad, cumple la función de un cambio: el alivio de una sobrecarga. El objeto provisto por la madre, como así también, la operación para tratar con él, son parte de la estructura que la madre tiene y hereda a su hijo; esto no es un detalle menor, ya que aquí está el comienzo de la estructuración de la lengua materna en el chico.

En la fase 2D (figura adjunta) se da la primera identificación proyectiva; el primer registro de un objeto interno (O2); y el comienzo del lenguaje natural concreto, con identificación de su objeto.
El O1 es el representante del futuro objeto interno, pero está por ahora, en el espacio transicional materno, luego en el bebe, representa todavía un cambio (la sobrecarga). En esta etapa se logra, con la incorporación de O2 un sistema que cicla, pero igual que en 1D, con una insaturación que los descentra, es decir, que lo obliga a proyectar de nuevo.

Esta nueva proyección inicia esta etapa (2½D) (figura adjunta) que tiene una característica particular que la diferencia de las anteriores, cual es, que de entrada se produce una identificación proyectiva, vale decir, ya puede operar el sistema en el espacio transicional de la madre. Aquí se relaciona el O2 con el cambio V3, mediante el O1 de la madre.

En la etapa 3D (figura adjunta) se define concretamente el nivel superficial de la psiquis del bebe, y se logra un esbozo del nivel profundo con su operación respectiva.



Vemos en la figura adjunta, lo que ocurre en la etapa 3½D (parte superior), en donde se define completamente el nivel superficial, y aparece un nivel profundo indiferenciado, que sirve de nexo. Ya es un sistema totalmente satura y operativo.

En la etapa 4D (figura inferior) quedan definidos completamente los dos niveles.












¡Nos vemos mañana!