Historia de la Lógica Transcursiva (Capítulo 350)

Cuaderno XV (páginas 2103 a 2108)

(En este capítulo abordaremos la especie, pero desde el punto de vista psíquico)

LA ESPECIE

La especie representa la base estructural de todo proceso psíquico y como tal es fundamental en el fenómeno comprensivo, esto es, en la posterior formación del pensamiento teórico o abstracto.


La figura adjunta nos muestra la ‘intimidad anatómica’ de una especie, en donde se pueden apreciar las interrelaciones que ostentan las contexturas del sujeto y del objeto, ya sea superficialmente, mediante la unión (⋃ = disyunción) de las diferencias que llamamos clase o transformación aparente de origen ontogenético, como ya veremos; o a nivel profundo, a través de separación (∩ = conjunción) de las semejanzas que se conoce aquí como categoría o transformación oculta, de origen filogenético.




Es importante aclarar los términos utilizados. La categoría transcursiva no es ni la aristotélica forma del pensamiento que reproduce algo que ocurre en la realidad objetiva, ni los conceptos puros del entendimiento kantiano, ni alguna de las tres categorías ontológicas de Peirce, ni tampoco las de Hegel, sino la base del sentido en la realidad subjetiva.

Por su parte, la clase transcursiva no es un conjunto de cosas que comparten alguna propiedad, sino todo lo contrario, es la unión de distintos objetos que difieren en algún aspecto.
Por tanto la especie no es un concepto, es decir, no es una representación intelectual de un objeto que pretende diferenciarse de lo sentido, lo percibido, lo imaginado o lo recordado, sino que es todo eso. Tampoco es un acto mental que podamos expresar mediante el lenguaje convencional, sino que es el núcleo del lenguaje universal que engarza toda la realidad subjetiva. De alguna manera la especie integra en su seno, las propuestas de Aristóteles, de Hegel y de Günther [Gothard Günther fue quien inició el estudio de los fenómenos subjetivos mediante una lógica transclásica, basada en la lógica de Hegel, a la que modificó], a la hecha por la Lógica Transcursiva, como se puede ver en la figura adjunta, en donde, el color verde representa lo objetivo, el color azul lo subjetivo, mientras que los colores ciano/rojo representa al cambio o transformación.

La figura anterior nos dice que Aristóteles no nos está señalando la relación que hay entre sujeto y objeto, sino la contraposición excluyente que existe, en apariencia, entre lo general (tesis) y lo particular (antítesis), en donde lo uno es la negación de lo otro; es decir, escasamente nos da un bosquejo del cambio que liga sujeto y objeto.

Hegel, sintetiza lo general y lo particular en lo individual, evitando la contraposición al considerar los opuestos como parte de un todo. Günther, modificando a Hegel, propone una transformación del individual al demostrar que de alguna manera sigue respetando las leyes de la lógica aristotélica, esto es, que no nos dice nada sobre la relación entre sujeto y objeto. Así, distribuyendo en tres distintas contexturas, al sujeto y al objeto; coliga subjetividad con una policontexturalidad heterárquica; vale decir, sujeto y objeto se encontrarían distribuidos en distintos ‘mundos’ que operan simultáneamente, ligados por la subjetividad que radica en su propia contextura. Esto alcanza solo a bocetar lo objetivo y superficial de la interrelación entre sujeto y objeto.

La Lógica Transcursiva (Salatino), en fin, modificando la propuesta de Günther, establece una cuarta contextura que operando en un nivel no aparente, contempla una disposición diferente (o diátesis) de ese individual, que en la apariencia amalgama las diferencias entre lo general y lo particular y que Günther toma como representante de la subjetividad, pero que en sí mismo, carece de sentido.

El sentido de toda la estructura lógica superficial propuesta por Günther es adquirido solo luego de una nueva separación no aparente de los componentes de lo individual, para que al recomponerlos, puedan alcanzar su propia identidad y definir sin ambages la verdadera relación que los liga. La diferencia sustancial entre la lógica de Günther y la Lógica Transcursiva es que esta última establece un funcionamiento heterárquico (simultáneo) de un nivel superficial y un nivel profundo, vale decir, define la subjetividad constatando la relación profunda que existe entre sujeto y objeto. Günther, como todos sus antecesores, propone solo un funcionamiento en la superficie, en la apariencia.

La comprensión, que como fenómeno psíquico expresa el imperio del pensamiento teórico o abstracto, surge cuando la especie que acabamos de caracterizar, permite proyectar la estructura psíquica residente en una idea, a la función que representa el pensamiento, o sea, cuando el signo proveniente de lo percibido y luego de ser interpretado, adquiere sentido y se transforma en un símbolo, ese que a posteriori podrá ser expresado bajo dos vertientes: la del lenguaje natural, mediante lo no verbal de la comunicación afectiva o lo verbal afectivo de la ironía y la cortesía, y la del lenguaje cotidiano, que verbalmente se manifiesta mediante el símbolo habitual despojado de afecto y representante de una mera convención o regla.

La especie surge cuando el desarrollo de un PAU (bidimensional - 2D) logra una serie de tres unidades compuestas que integran en sí, un aspecto superficial y su opuesto profundo correspondiente: Sᶳ/Oᵖ, Vᶳ/Vᵖ, y Oᶳ/Sᵖ, según ya vimos. Estas unidades le confieren a la estructura básica un aspecto tridimensional (3D) al agregarle profundidad, por escisión y separación de las dos tríadas (superficial y profunda) del PAU; por eso los códigos binarios respectivos (001, 011, 010 - superficiales; 110, 100, 101 - profundos), en donde un 0 antepuesto a las monocontexturas (00, 01, 10, 11) denota su condición de superficial (0 = falso o aparente), mientras que el anteponer un 1 (verdadero o real) indica la condición de profunda. Esta simple operación de codificación permite asignarles, a cada uno de los componentes de las unidades, un color determinado, de acuerdo al formato RGB [RGB (del inglés Red, Green, Blue; en español, rojo, verde, azul): es la composición del color en términos de la intensidad de los colores primarios de la luz.]. (figura siguiente)


Referencias: SS = sujeto superficial - OS = objeto superficial - VS = cambio superficial - SP = sujeto profundo OP = objeto profundo - VP = cambio profundo - 000-111 = código binario de los colores - x1, x2, x3 = ejes aparentes de la realidad subjetiva (qué, cómo, cuándo) - S = sujeto - O = objeto - V = cambio aparente - = cambio oculto - 00, 01, 10, 11 = contexturas - PAU = patrón autónomo universal

Los colores asignados a la estructura adjunta nos permiten descifrar sus aspectos lógicos; así, el color rojo que representa el cambio profundo (Vᵖ), nos dice lo que el Oᵖ (amarillo) y el Sᵖ (magenta), tienen en común; en efecto, amarillo, según el modelo RGB, es igual a verde + rojo; mientras que magenta = rojo + azul; en consecuencia, el Vᵖ nos dice acerca de lo que lo azul (sujeto) y lo verde (objeto) tienen en común que los separa. A esta conjunción, en Lógica Transcursiva (LT), se la llama categoría.
El color ciano del cambio superficial (Vᶳ) nos dice sobre las diferencias que tienen azul (sujeto) y verde (objeto) que los unen en la apariencia. A esta disyunción, en LT, se la llama clase.

Cuando las relaciones entre S y O están dadas tal como lo hemos descrito hasta ahora, en LT decimos que tenemos formada, a nivel psíquico, una especie, la cual constituye la piedra fundamental de todo lo psíquico, o en donde la realidad subjetiva comienza a tener sentido. Corroboramos que hemos alcanzado una unidad compuesta, en la especie, cuando se obtiene el color blanco [El color blanco, en el modelo RGB, es el producto de la suma de los colores primarios y secundarios o complementarios respectivos. Así: azul (001) + amarillo (110) = blanco (111); verde (010) + magenta (101) = blanco (111); y rojo (100) + ciano (011) = blanco (111).] como producto del ciclado simultáneo (heterárquico) absoluto [Aquí, la simultaneidad es absoluta porque se despliega en la apariencia de un universo tridimensional. Podríamos decir que se comporta de una manera newtoniana, ya que opera como si se tratara de una conversión de un espacio en un determinado tiempo. Se tarda un determinado tiempo en recorrer un determinado espacio.] y en sentidos opuestos, del nivel superficial y el nivel profundo.

Los códigos binarios de la figura anterior se refieren a la individualización de cada continente y surgen del color asignado a cada uno. Estos códigos sirven para dejar constancia cuándo se alcanza una unidad compuesta, o sea, cuándo son alcanzados en forma simultánea un elemento superficial y su contraparte profunda; esta es una de las formas que tiene la LT para mostrarnos, por ejemplo, un posible mecanismo de formación de la estructura psíquica. Se puede observar en la misma figura, hacia la izquierda, en una proyección bidimensional de la especie, la unidad lógica que constituye su núcleo fundamental, el PAU (patrón autónomo universal).

¡Nos vemos mañana!