Historia de la Lógica Transcursiva (Capítulo 331)

Cuaderno XIV (páginas 1991 a 1996)

(Hoy veremos la categorización en los enfoques sociolingüístico, semiótico-social y antropológico etnolingüístico)

ENFOQUE SOCIOLINGÜÍSTICO Y SEMIÓTICO-SOCIAL

INTRODUCCIÓN

El enfoque del lenguaje en sociedad o el desarrollo social del lenguaje ha intentado hacer aportes sobre la relevancia de los procesos cognitivos en este fenómeno de corte fundamentalmente social que es el lenguaje. Abordaremos brevemente dos de las propuestas más relevantes en ambos sentidos.

CAMBIO LINGÜÍSTICO DE LABOV

Este autor abordó el tema del cambio lingüístico desde tres aspectos distintos: a) los factores internos que controlan el cambio, b) los factores sociales que gobiernan tales cambios y c) los factores cognitivos y culturales que expliquen las divergencias observadas a través de los años. Nos ocuparemos aquí del análisis de los últimos factores.

Los factores cognitivos, según este enfoque, son aquellos que influyen en la adquisición del sistema lingüístico que transmite información sobre los estados internos, más que de la forma o el estilo de la expresión. La cognición no está limitada aquí al contenido de lo que se dice, sino que es sensible a la variación de la forma del mensaje que se transmite para brindar información sobre las relaciones y características sociales del hablante, al destinatario o audiencia. Por tanto, en este estudio, el término 'factores cognitivos' será usado para designar el proceso, en el estrecho sentido, de la habilidad para decodificar qué es lo que se ha dicho, a través de una exacta identificación con las categorías lingüísticas. Así se pretende ir en ambos sentidos: determinar los efectos del cambio sobre los factores cognitivos y viceversa.

El objetivo principal de este trabajo es observar directamente las consecuencias cognitivas del cambio fonológico en estudios de comprensión inter-dialectal. Las observaciones y experimentos reportados llevan a la conclusión de que las consecuencias del cambio fónico interfieren severamente con la función primaria del sistema lingüístico, la transmisión de información, lo cual da pie al argumento central de esta investigación: la urgente búsqueda del origen, causas y fuerzas predisponentes que subyacen al cambio lingüístico.

El autor relaciona las interferencias producidas por el cambio lingüístico con el concepto de ‘inteligencia social’ que se basa en la hipótesis del ‘cerebro social’ (Labov, 2010, p. 373) que sostiene que las representaciones mentales de los conceptos sociales abstractos conducen al desarrollo general de la inteligencia, luego según lo supuestamente demostrado en esta investigación, el cambio lingüístico limita y reduce la posibilidad de comunicar exitosamente las proposiciones, lo que según Labov, nos dice en cierta manera, que los factores sociales que conducen al cambio lingüístico son ‘ortogonales’ (sic) a la función representacional del lenguaje. Por esto último, piensa el autor, que no hay una relación fija entre un cambio lingüístico dado y la pérdida o ganancia de información en el sistema proposicional.

Según nuestro punto de vista, este enfoque tiene dos severas limitaciones. Por un lado, adopta una serie de prejuicios lógicos básicos que no analiza ni siquiera en sus aspectos más burdos y los aplica a procesos cognitivos que no precisa, sacando conclusiones que no fundamenta. Por otro lado, el minucioso trabajo de campo realizado durante casi 50 años, se restringe a comunidades estadounidenses y, fundamentalmente, de cierto estrato social, que luego extrapola un tanto abusivamente, a toda la comunidad e inclusive a toda la sociedad hablante, por lo cual, las conclusiones a que pueda llegar, pierden absolutamente su valor.

Por el hecho de adherir a las categorías lingüísticas para evaluar el aspecto cognitivo, aunque en rigor de verdad, nunca cumple con esta promesa, este trabajo no puede ser tenido en cuenta para el abordaje de proceso psíquico alguno.

GRAMÁTICA SISTÉMICO-FUNCIONAL DE HALLIDAY

La gramática de Halliday se basa en el concepto de considerar el lenguaje como una herramienta comunicativa (de allí lo funcional) y a su vez como un sistema de opciones disponibles para formar una frase o sintagma determinado. Es su objetivo entonces, reconstruir este sistema de opciones a partir de los enunciados emitidos por los hablantes de una lengua.

La unidad de análisis es el texto (oral o escrito) que representa una estructura coherente, cohesiva y portadora de un significado. La coherencia textual está dada por su adecuación al contexto comunicativo social en que se realiza el texto analizado. A esta adecuación, el autor la llama registro, el cual presenta tres aspectos sobresalientes: a) el campo, definido por el contexto social en donde surge el texto, b) el tenor, determinado por la formalidad del acto comunicativo y las relaciones entre los participantes y c) el modo, que queda definido por los recursos necesarios para la comunicación, es decir, para la transmisión informativa.

Los aspectos del registro se proyectan en las cláusulas, que son las estructuras predicativas en donde se hacen evidentes las funciones del lenguaje y pueden ser tratadas formalmente. Estas cláusulas son portadoras de tres líneas del significado (Halliday, 2004, p. 58): a) como un mensaje, función que asume el tema; b) como intercambio, función del sujeto o el intercambio entre hablante y oyente y c) como representación de algunos procesos de la continuidad experiencial humana, siento el actor el participante activo en este proceso.

La producción de un texto, según esta propuesta teórica, está condicionada por el registro y por la forma en que los aspectos de este se relacionan con las metafunciones del lenguaje (op. cit., p. 29). La gramática sistémico-funcional (GSF) propone una serie de significados que operan como metafunciones del lenguaje. Estos son:

1.- Ideacional: de carácter reflexivo y objetivo, cuyo propósito es entender el entorno. Este significado se divide en a) experiencial: que posibilita la construcción de la experiencia y b) lógico: el que atiende a las relaciones lógicas en el mundo.

2.- Interpersonal: de naturaleza social y subjetivo, que deja constancia de la acción sobre los otros.

3.- Textual: que organiza el lenguaje en mensajes coherentes.

Por otro lado, esta teoría sugiere distintos planos en los que opera la comunicación, a saber:
1) Registro
2) Género
3) Ideología y una serie de sistemas léxico-gramaticales por donde transitan los distintos significados:
1) Modalidad: para el significado interpersonal. 2) Tema: para el significado textual. 3) Transitividad: para el significado experiencial. 4) Cláusula compleja: para el significado lógico, bajo dos modalidades a) relaciones lógico-semánticas y b) interdependencia.

La base para el sistema discursivo de la ideación es el léxico. Es decir, las unidades discursivas que subyacen a los ítems léxicos, que se ligan mediante: (i) relaciones taxonómicas, (ii) relaciones nucleares y (iii) secuencias de actividad.

Este enfoque, muy similar al constructivismo radical [Los preceptos del constructivismo radical son: a) El conocimiento no es recibido pasivamente sino construido activamente por el sujeto cognoscente; b) La función de la cognición es adaptativa y sirve a la organización del mundo experiencial, y no al descubrimiento de una realidad ontológica], nos plantea que la realidad, como tal, no existe, sino que es construida por el sujeto, pero sin su participación. En otras palabras, estas estructuras externas basadas exclusivamente en el lenguaje, no nos dicen nada sobre las verdaderas estructuras y funciones cognitivas que le dan sustento al sentido de un hecho o acto social, como puede ser, p. e. lo manifestado mediante el discurso oral, sino sobre un mundo o mejor, sobre una realidad ad hoc.

Además, la construcción del significado se basa estrictamente sobre el pensamiento lógico, o sea, en donde el significado lleva la marca indeleble de la verdad y de los constructos que de allí surgen, manteniendo así una relación con el mundo real que se vincula más a una teoría del conocimiento de neto corte cognitivista tradicional, que a una teoría del lenguaje. Este, que pretende ser un intento de acercamiento a las ciencias fácticas, en definitiva lo aleja irremediablemente, del sentido de la realidad y de las funciones psíquicas que en él subyacen, ya que no se ven necesariamente ligados a expresiones de estados psíquicos determinados.

Resumiendo: la GSF ve el lenguaje como un sistema socio-semiótico que a través de determinados significados construye la realidad de una cultura. Esta construcción es descrita metafuncionalmente. La metafunción ideacional construye la realidad natural, la metafunción interpersonal construye la realidad intersubjetiva y la metafunción textual construye la realidad semiótica.

Esta organización funcional intrínseca del lenguaje es modelada a través de la interacción con la organización del contexto social, la que en términos de Halliday, se llama 'funcionalidad extrínseca del lenguaje'. O de otra forma, el lenguaje es visto como una interpretación del contexto social, cuyo resultado neto es la realidad de una cultura. Por otro lado, el contexto social definido y soportado convenientemente en lo anterior, afecta marcadamente el uso que se hace del lenguaje.

Toda esta elaboración está muy bien si se tiene en mente la sistematización necesaria para que todo el sistema pueda ser operado por un programa de computadora, como de hecho lo es, tanto la versión original de Halliday como algunas de sus variantes, p. e. la gramática de Cardiff. Pero, a la vez, evidencia una serie de limitaciones importantes, de las cuales podemos enumerar al menos dos. La primera es que el carácter universal que se le asigna a las metafunciones no condice con la falta de definición y explicación de si estas son meras generalizaciones o verdaderos rasgos inherentes al lenguaje humano. La segunda es que la función textual no tiene el mismo desarrollo teórico que las funciones ideativa e interpersonal; es decir, no pasa de ser una función puramente lingüística que se transforma en el instrumento operativo para las otras dos, pero que no tiene ninguna relación con el significado social ni es el resultado de los usos del lenguaje, apuntando así, a una absoluta autonomía de los aspectos puramente textuales (gramaticales), con respecto a un contexto socio-cultural dado.

Debemos convenir entonces, que toda esta elaboración por brillante que sea, nada nos dice sobre cómo se construye el sentido que tiene la realidad para el sujeto, ni cómo se elaboran, en el aparato psíquico, las distintas funciones cognitivas que le dan sustento a dicha construcción. En pocas palabras, no se tiene en cuenta que esa realidad que se pretende edificar no es una realidad científica u objetiva, sino una realidad subjetiva que es en donde opera el sentido.

ENFOQUE ANTROPOLÓGICO-ETNOLINGÜÍSTICO DE  WIERZBICKA

Tradicionalmente se considera el lenguaje como un instrumento para comunicar significado. La estructura de este instrumento refleja su función y él puede ser cabalmente comprendido en términos de sus funciones (Wierzbicka, 1996, p. 3). No obstante lo anterior, nos dice la autora, que los elementos utilizados para definir las palabras u otros significados, no pueden ser definidos por ellos mismos; más bien, ellos deben ser aceptados como ‘indefinibles’, esto es, como primitivos semánticos, en términos de los cuales, todos los significados complejos son coherentemente representados. (op. cit., p. 10)

Esta investigadora propone, a mediados de la década de 1960 el metalenguaje semántico natural que tenía como propósito la búsqueda de primitivos semánticos universales, rechazando tanto los marcadores artificiales como los sistemas lógicos de representación y asumiendo que la lengua natural es el único medio eficaz para la representación del significado. (op. cit., p. 31). Luego de 30 años esta teoría se amplió, la cantidad de primitivos se incrementó, los primitivos semánticos incluyeron universales léxicos que serían la representación simbólica de los primitivos conceptuales universales. Todos estos primitivos serían manifestaciones, en una lengua, de un conjunto universal de conceptos humanos esenciales, fenómeno que se hace evidente tanto en el lexicón como en la gramática de todas las lenguas.

A los semánticos universales se suma, con el tiempo, la búsqueda de patrones sintácticos universales. Lo audaz de esta teoría está en el aporte de un metalenguaje supuestamente eficaz para describir y comparar significados que se encontrarían en el núcleo de las distintas lenguas. Para hacer esto, combina: i) la tradición lógica y filosófica del estudio del significado; ii) el estudio tipológico de las lenguas y iii) las investigaciones empíricas trans-lingüísticas.

Según esta teoría, cuando se necesita establecer el significado de una palabra individual (op. cit., p. 183), lo que se hace es expresar una hipótesis sobre ese significado y este se torna válido si nos ajustamos correctamente a un rango de uso determinado para esa palabra. Los bordes de este rango pueden ser borrosos, pero aún así, se puede predecir mediante una definición correctamente hecha.

Cuando es revelada la configuración de las conceptualizaciones primitivas de una palabra, la relación entre las distintas palabras se hace evidente por sí misma. De acuerdo a esta particular visión el significado es una cuestión de encontrar o ‘fabricar’ un primitivo semántico que sirva de núcleo práctico para las definiciones. Siendo así, difícilmente se podrán establecer rangos de universalidad en los aspectos semánticos.

Al mejor estilo del estructuralismo radical, Wierzbicka establece un paralelismo entre lo semántico y el pensamiento primitivo (op. cit., p. 184) asumiendo como válidas algunas presunciones, como la que le endilga al lenguaje de ser el mejor espejo del pensamiento humano, luego, la evidencia proveniente desde el lenguaje es crucial para determinar los patrones fundamentales del pensamiento en diferentes grupos humanos, siendo el único problema en esta presunción el que surge de una mala interpretación de esta evidencia. Así se llega a la conclusión de que es posible establecer una ‘unidad psíquica de la humanidad’, si se logra determinar completamente el conjunto de conceptos universales que subyacen en la cultura primitiva. Esto que hasta hace poco estaba soportado solo en fundamentos teóricos, ha sido supuestamente validado a través de estudios empíricos trans- lingüísticos.

Este modelo basado en el significado ha tenido que soportar muchas críticas que se originan desde los distintos aspectos que aborda la propuesta. Solo haré mención de un par de ellas. En primer lugar, en lo que tiene que ver con los primitivos semánticos a los que se les da un rango de estructura psicológica, cuando no hay ninguna evidencia experimental que pruebe su existencia. En segundo lugar, el abordar una serie de categorías conceptuales mediante predicados abstractos sometidos a un análisis de descomposición, cuando desde su primera propuesta supuestamente rechazaba los sistemas formales de representación.

No obstante lo anterior, lo más criticable que a mi juicio tiene esta propuesta es que representa un modelo de una lingua mentalis (similar al mentalés de Fodor) innata y universal y la gramática surgida de este mismo modelo pretende hipotetizar una gramática de la cognición humana.

El único elemento que aporta Wierzbicka como distinto es una pretendidamente mejor definición del 'lexicón mental', contribuyendo según ella, con un enriquecimiento de las entradas con más información, estructuradas según unos principios teóricos subyacentes, ya que de acuerdo con esta investigadora, dentro de cada lengua cada elemento pertenece a una única red de elementos y ocupa un lugar determinado en una red de relaciones también única (op. cit., p. 15). Este nuevo diccionario debe facultar la confluencia de la perspectiva lexicológica y lexicográfica, para que permita dar cuenta de la competencia comunicativa de los hablantes de una determinada comunidad. Con esto último lleva a la lingüística a un campo peligrosamente mentalista en donde la lengua, de alguna forma, se concibe como un esbozo de la mente del usuario del lenguaje natural.

La perspectiva que presenta Wierzbicka no difiere en mucho con la que planteara Chomsky en la década de 1960, por lo cual queda absolutamente descartada como posible explicación de lo subjetivo y de lo psíquico.

¡Nos vemos mañana!