Historia de la Lógica Transcursiva (Capítulo 335)

Cuaderno XIV (páginas 2015 a 2020)

(2/3/2011 ¡Al fin lo logré! Defendí, y con éxito, "Semiótica de los sistemas reales" (que puede ser descargada desde esta página, y ver el video de la Defensa) - Ya soy Doctor en Letras, especialidad Lingüística - Sobresaliente con Mención de Honor - ¡No está nada mal! - Hoy, en este capítulo, voy a comentar un trabajo que encontré en Internet, horas antes de defender mi Tesis Doctoral. Se trata de un artículo de Miguel Ariza, un Matemático y Especialista en Ciencias del Lenguaje de la UNAM, Méjico. El motivo de esta exposición radica en lo similar de su postura semiótica con respecto a la mía. Se podría decir que es la que más se acerca, al menos, desde el punto de vista lógico; por lo tanto es interesante establecer las diferencias para poner en valor nuestra investigación. El trabajo en cuestión es "Pensamiento diagramático e integración conceptual", publicado en AdVersuS, VII, 18, Agosto 2010: 107-128.

El autor, se basa en los fundamentos axiomáticos de la semiótica de Louis Hjelmslev, quien trata de establecer un 'álgebra lingüística' sustentada en la presuposición, en donde encontramos como marcos de referencia desde donde se analizan las magnitudes semióticas, tanto al proceso como al sistema. Lo que intenta demostrar el trabajo es que, desde una perspectiva semiótico-matemática, si se ordenan presuposicional, sintagmática y paradigmáticamente, los sucesos que integran un relato, se conforma un 'álgebra relacional' cuya representación adquiere una disposición geométrica arbórea y reticular, posibilitando así una esquematización a través de la teoría de categorías. Debido a este enfoque topológico de las relaciones, es que esta propuesta se aproxima a nuestro trabajo, claro que esta aproximación es solo superficial (lo que no era evidente en un primer momento, por lo que, debo confesarlo, me provocó cierta preocupación porque aparecía sobre la hora algo, en apariencia, tan similar y que no había sido tenido en cuenta, aunque fue publicado en el 2010, y yo había entregado el escrito de la Tesis en el 2009).

La primera 'gran' diferencia con mi trabajo es que el autor trabaja con categorías, algo sobre lo que ya hemos aprendido bastante en los capítulos anteriores, por lo cual fueron desechadas como elemento de análisis a tener en cuenta en el ámbito psíquico. Sin embargo, en este trabajo, Ariza se pregunta, ¿cómo es posible este tránsito, del ámbito lingüístico al algebraico y posteriormente al diagramático (árbol o red)? Segunda y fundamental diferencia con mi investigación, nunca tiene en cuenta al sujeto y sus aspectos subjetivos, aquellos que, según demostré en mi tesis, determinan la realidad de la que se nutre todo análisis.

Ariza pretende demostrar que la transición lingüística → algebraica → diagramática tiene algo que ver con un proceso de 'integración conceptual' ocurrido entre estos ámbitos. Todo ello lo intenta hacer a través del análisis de un par de fragmentos de carácter discursivo, en sus ejes sintagmático y paradigmático [son los ejes sobre los que se constituye el discurso, según la teoría de Saussure, en donde el primero determina las relaciones combinatorias que se dan entre los elementos sucesivos del enunciado, son evidentes, y dependen del orden posicional de esos elementos; es decir, son relaciones evidentes de sentido que cada signo lingüístico mantiene con los restantes; mientras que el segundo son las relaciones de sentido existentes entre los signos de la misma categoría sintáctica, son relaciones asociativas que se dan entre las unidades del sistema; esto es, entre las unidades simultáneas (forman un paradigma), y por lo tanto están ausentes (hay que intuirlas)]. Dice poder demostrar que del proceso sintagmático emergen procesos de simbolización que se proyectan sobre el eje paradigmático, y son susceptibles de explicación por medio de la 'integración conceptual'.

El enfoque anterior es la primera similitud que podemos establecer con nuestra propuesta, ya que plantea el análisis considerando relaciones sucesivas y evidentes (a las que yo llamo superficiales, aparentes o discretas), y relaciones simultáneas y ausentes (a las que yo llamo profundas, ocultas o continuas).

Luego de una serie de interesantes aportes, Ariza llega a la teoría de los espacios mentales presentada por G. Fauconnier y M. Turner en 2001, la cual ya evaluamos respecto al tema de la categorización en el Capítulo 329, y de donde extrae lo de 'integración conceptual' definida en base a la existencia cognoscitiva de cuatro espacios mentales, entramados y dependientes entre sí; dos de los cuales son espacios de entrada o que introducen los contenidos relevantes de dominios diferentes; el tercero es uno en donde se 'activan' esquemas de imagen comunes a los dos espacios de entrada; y finalmente el cuarto espacio de integración o blend. Así planteadas las relaciones, se parecen mucho a nuestro PAU, como lo muestra la figura siguiente.


La integración conceptual pretende ser una 'mirada' a nuestro modo de pensar, crear y entender el mundo que nos rodea, lo cual, según nuestro punto de vista, es absolutamente improcedente ya que la realidad subjetiva que explica el pensar o el crear; vale decir, la actividad psíquica, no puede 'deducirse' desde lo que nos rodea que es pura apariencia y nada más.

Más allá que la propuesta de Fauconnier y Turner se basa en la lógica binaria, y esta la hace monocontextural e inútil para plantear estructural y funcionalmente cualquier aspecto subjetivo, las definiciones formales se parecen 'mucho' a lo nuestro, como se desprende de la siguiente definición de Ariza (p. 118) "Desde un punto de vista aspectual, es decir, desde el punto de vista del tiempo interno de los sucesos y no desde un punto de vista cronológico, podemos construir el siguiente diagrama de ámbitos relacionales. Un hexágono de Blanché, donde generamos a partir de tres magnitudes otras tres, dando lugar a cuatro ámbitos aspectuales".

El hexágono de Blanché es conocido por nosotros, ya que nuestro sistema es, precisamente, uno de estas estructuras, en donde definimos tres identidades compuestas y cuatro contexturas, y parte de un retículo booleano que es un cubo que se transforma en un hexágono.

Volviendo al retículo booleano, diremos que, según el autor, los distintos sucesos analizados se articulan paradigmáticamente (sustituciones o disyunción) para generar un suceso complejo {en nuestro caso un PAU}, dispuesto esquemáticamente en el siguiente retículo booleano.





La figura adjunta representa el suceso complejo: 'conquista'. Más allá de la pertinencia de la ubicación de Venir/Vencer, que debería ser al revés para que el ciclo superficial cumpla con el aspecto sintagmático (Venir → Ver → Vencer, según el célebre dicho de Julio César), lo demás es calcado de nuestro registro en el PAU.





De una manera muy sagaz, Ariza, define a la /conquista/, como una unidad de sentido {nuestro FREN} compuesta por una secuencia de otras unidades de sentido representadas por los sucesos /venir/, /ver/ y /vencer/. Describe todo basándose en un álgebra booleana de carácter borromeo.

El diagrama borromeo sería tal como lo muestra la figura adjunta, en donde se pueden ver 3 términos disjuntos, de a pares.

La lógica borronea también se refiere a la capacidad de formar un círculo de 3 términos, de 2 en 2, que es como funciona nuestro sistema.

Como podemos apreciar, si bien las similitudes son notorias, al menos en lo que a las relaciones establecidas entre los elementos de un sistema, se refiere; más importantes son las diferencias, pues, en ningún caso, en este excelente trabajo que hemos analizado, se tiene en cuenta el sujeto en donde se supone que se dan todos estos fenómenos semióticos; por lo tanto, por brillante que sea, no pasa de ser un análisis meramente superficial, que ni siquiera se acerca a lo que es el mecanismo psíquico involucrado en el pensar o en el crear, como propuso el autor en su comienzo.

¡Nos vemos mañana!