Historia de la Lógica Transcursiva (Capítulo 317)

Cuaderno XIV (páginas 1905 a 1910)

(Hoy continuamos con los 'Universales Lingüísticos')

El orden básico de las palabras en Alemán, Givón (2001, p. 247) lo explica así: cuando se gramaticaliza el verbo principal, de la conservación de la posición a la izquierda del complemento [levógira], deviene automáticamente, el orden de las palabras de la cláusula principal, es decir, SVO; o sea, las subordinadas, las adverbiales, etc. son más conservativas (persisten en el formato OV), mientras que la cláusula principal es más innovadora, adoptando el formato VO.

En nuestro esquema, el alemán se comportaría como si estuviéramos frente a una lengua ‘dentro de otra’ o se hubiera adquirido una segunda lengua, es decir, el esquema sería:


Pregunta: ¿Será por esto que el alemán se parece tanto al inglés (que es SVO) (ambos son lenguas germánicas) y no al español (lengua romance) que también es predominantemente SVO?

Responder la pregunta anterior sería importante pues se está diciendo que hay elementos superficiales que ligan a las distintas lenguas de las distintas familias (las variantes dextrógiras y levógiras), pero también que hay elementos profundos que lo hacen y explicarían porqué hay lenguas como el ruso, por ejemplo, que tiene un orden superficial aparentemente libre, aunque muestra una ligera tendencia levógira en alguna de la variantes.

- Propuesta de Lehmann: este enfoque reductor divide a las lenguas en VO y OV, lo cual permite integrar otras correlaciones, además de las sugeridas por Greenberg, e incluir dentro de este esquema simple, más cantidad de lenguas. La tabla siguiente resume los lineamientos más importantes de este enfoque.

En el detalle de la tabla adjunta están agrupados los patrones de Greenberg en los dos tipos de lenguas y además remarcado el factor de concomitancia, es decir, en las lenguas OV el elemento concomitante de O es V, a la derecha, por lo tanto el resto de los modificadores de O irán a la izquierda (complemento a la izquierda). Lo mismo, pero en sentido inverso, sucede con las lenguas VO.

Lo anterior no coincide con la disposición de los patrones universales propuesta en este trabajo, que es:

Como se ve claramente en la tabla, hay dos excepciones ‘cruzadas’ (*) a la regla lehmanniana. Los patrones más frecuentes son SOV y SVO (en ese orden), según lo estableciera Greenberg. Cada uno de ellos es el patrón paradigmático de las divisiones que sugirió Lehmann, es decir OV y VO, respectivamente. Nuestra propuesta caracteriza al paradigma de las lenguas OV como levógiro (LV) y al de las VO como dextrógiro (DX). Nuestra diferencia con respecto a Lehmann deriva de dónde agrupamos el resto de las posibilidades de ordenamiento.

A favor de Lehmann está: que las asociaciones OV/VS y VO/SV son más frecuentes que las OV/VS y VO/SV.

A favor nuestro está: que SVO es una forma intermedia entre formas con V inicial y V final (Dryer, 1991), lo cual da origen a nuestra variante dextrógira: SVO → OSV → VOS, nucleando así 3 de los 6 dominios definidos por Greenberg.

Lo anterior constituye una verdadera variante de las lenguas agrupadas de esta manera, y por otro lado, estaría de acuerdo con aquellos que no aceptan a VSO como una posibilidad VO, por interponerse el S.
Esta secuencia, además, responde a los cálculos realizados anteriormente, según lo muestra la figura I.


Figura I  CICLO A LA DERECHA EN LAS VARIANTES SUPERFICIALES DEXTRÓGIRAS

La variante levógira se podría construir de la misma forma y responder a los mismos cálculos. O sea SOV → VSO → OVS, de acuerdo a la figura II.


Figura II  CICLO A LA IZQUIERDA EN LAS VARIANTES SUPERFICIALES LEVÓGIRAS

En el caso anterior la forma intermedia (OVS) sería la imagen en espejo de SVO. Todo lo de la variante levógira no está comprobado, o mejor dicho, no está investigado, es solo una propuesta deductiva.

Hay algunos detalles ‘lingüísticos’, no menores, que podrían apoyar nuestra propuesta. Por ejemplo, la inversión que se aprecia del orden SVO en el orden VSO, que es una de las excepciones, presentes en distintas construcciones que denotan énfasis. Así, en la poética inglesa (el inglés es SVO) podemos encontrar a veces el orden VSO. Las oraciones en árabe usan el orden SVO o el VSO, dependiendo de si el importante es el sujeto o el verbo, respectivamente. Las lenguas no-VSO que usan el orden VSO en la forma interrogativa son: el inglés y otras lenguas germanas; el francés y el español (no siempre). Con todo lo anterior queda demostrado que VSO es menos VO que levógira.
Algo similar pasa con la forma OSV (la otra excepción), que si bien es una forma rara, se ve en algunas lenguas brasileras (Xavante, Jamamadi, Apurona, Kayabí y Nabeti) y en el italiano hablado. No es infrecuente en el Yiddish, en donde es usada para destacar distintas propiedades del objeto. Es ocasionalmente visto en inglés (tiempo futuro) o usado con la conjunción but. Tanto en el inglés como en el alemán, aparece en las cláusulas relativas en donde, el pronombre relativo, es el objeto (directo o indirecto). También es usado en el lenguaje de signos estadounidense. Otras lenguas que usan OSV son el árabe y la forma pasiva del Chino. Finalmente, y aquí está el detalle más importante, es uno de los dos órdenes más comunes en el Malayo, el otro es SOV. Es decir, queda demostrado que OSV es menos OV que dextrógira.

Si tomamos la tabla de Comrie basada en Greenberg, vista anteriormente, y la distribuimos en los 6 universales de Greenberg (SVO, OSV, VOS, OVS, VSO, SOV) y luego lo repartimos según la división de Lehmann, con las reservas hechas anteriormente, se logra la UNIFICACIÓN de las dos propuestas: la funcionalista (inductiva de Greenberg) y la formalista (deductiva de Lehmann), en una sola y universal: la abductiva, propuesta por la Lógica Transcursiva y que como ya vimos, sirve como soporte a las Lenguas Maternas Universales, que darán origen a todas las Lenguas Maternas Naturales, las cuales son adquiridas en función a responder a un Lenguaje Universal que regula todos los sistemas reales: el bio-externo, el psico-interno y socio-cultural.

¡Nos vemos mañana!